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De lo invisible a lo visible por efecto de la covid-19

¿Qué habría pasado de contar con un sistema de salud robusto pensado para el bienestar de la gente? ¿Qué habría pasado si las condiciones sociales de la población fueran diferentes, por ejemplo: cero pobreza, cero desempleo, cero desnutrición, cero muertes por hambre?

Desde el infortunado anuncio de las autoridades Colombianas sobre la llegada de la covid-19 el 6 de marzo de 2020, en el país se develó el drama social que padecen las familias por causa de las afectaciones del mencionado virus, en un país con serias falencias en sus políticas, estructuras sociales y servicios de salud. El informe de la página oficial del Ministerio de Salud muestra que hasta la fecha en Colombia se han contagiado más de 4.757.139 y han fallecido 119.801 personas, y aún la pandemia no termina.

En Colombia, la pobreza aumentó del 35.7% al 42.5% (Dane, 2021), los afiliados al sistema de salud en Colombia llegan a 47.028.888 de los cuales 22.800.485 están vinculados al régimen subsidiado y 22.214.348 al régimen contributivo. La tasa de desempleo se ubicó en el 15.1% (Dane, 2021), más de 200 niños murieron de hambre en el 2020 (Minsalud, 2021) y alrededor de 10.9 millones de colombianos tuvieron un consumo insuficiente de alimentos (Programa Mundial de Alimentos, 2020). 

La precaria situación socioeconómica de la población colombiana una vez más quedó en evidencia, pero ahora, con un alto costo en vidas humanas por cuenta de los efectos de la covid-19, miles de familias se quebraron ante la ferocidad del virus que encontró la complicidad de la frágil infraestructura social y de salud del país, reflejada en las insuficientes políticas públicas, los altos niveles de desigualdad, inequidad y pobreza de la población, la insuficiencia del sistema e infraestructura de salud para atender los casos de contagio de los pacientes con o sin morbilidad, la paquidérmica respuesta de las entidades de salud ante los casos sintomáticos y de contagio comprobado, las ineficientes estructuras para la vacunación contra covid-19, entre otras que generaron impotencia en la población que ve con tristeza y desesperanza, la partida de sus seres queridos a causa de su condición social, expresa entre otras, en la carencia de recursos económicos para cubrir el alto costo de las pruebas y tratamientos; y un sistema de salud frágil y limitado para resolver el letal virus.

Este drama social que además dejó en evidencia la fragilidad humana, que tiene como triste realidad, la pérdida de lo más preciado, la vida, debido a situaciones que podrían estar asociadas a la condición socioeconómica de las personas y que han podido evitarse en la medida que los gobiernos hubiesen centrado su mirada en el bienestar de la población, desdibujado por la corrupción y las malas prácticas indolentes que le quitaron a la sociedad, lo que por naturaleza les pertenece, sus derechos.

Sueños, ilusiones y esperanzas de familias enteras quedaron sepultados en la soledad, el llanto, el dolor, el silencio y la impotencia por la irremediable pérdida sus seres queridos, ante la imposibilidad de pagar una prueba, un tratamiento, ser atendido a tiempo por su entidad de salud, recibir diagnóstico y medicamento adecuado y oportuno, una cama en Unidad de Cuidados Intensivos o simplemente un respirador. ¿Qué habría pasado de contar con un sistema de salud robusto pensado para el bienestar de la gente? ¿Qué habría pasado si las condiciones sociales de la población fueran diferentes, por ejemplo: cero pobreza, cero desempleo, cero desnutrición, cero muertes por hambre?

En medio de este panorama visibilizado y redimensionado por la covid-19, también quedaron a la vista algunas acciones que merecen destacarse, entre ellas: el compromiso del personal de la salud, la resiliencia de los colombianos, el fortalecimiento de espiritualidad de las personas y desde la familia, la reflexión sobre la vida como valor supremo y la condición humana, el debate sobre lo esencial por encima de lo material y económico, a pesar de algunas decisiones de gobierno.

¿Será que todos los problemas sociales han quedado visibilizados y redimensionados después de los efectos de esta pandemia? ¿Será que los gobiernos de Colombia fortalecerán las políticas sociales y de salud, luego del alto impacto en vidas cobrado por este tipo de problemas y la insuficiencia del sistema de salud? ¿Será que los ciudadanos aprenderemos a valorar más la vida, el planeta y la condición humana? ¿Será que esta amarga experiencia hará de las personas mejores seres humanos? ¿Será que los próximos gobiernos apostarán más por el desarrollo de la investigación y el desarrollo científico de la salud y otras áreas en el país? ¿Será que los futuros gobiernos harán de la política pública ese instrumento para la solución de los problemas sociales y de la salud para todos los colombianos? 

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