
Olimpiadas y TEPT
El evento traumático es codificado en una forma anormal de memoria que irrumpe espontáneamente en la conciencia en forma de flashbacks de sensaciones vívidas e imágenes; un grupo particular de ellas condensa toda la experiencia en lo que se denomina el “horror último”.
Entender las dimensiones del Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) es lo que permite aceptar la actitud de Simone Biles, la superestrella del equipo de gimnasia olímpica de los Estados Unidos en la pista de salto de Tokio el 27 de julio de 2021 en plenas competencias cuando, de manera repentina, anunció que no saldría a competir con el equipo porque se sentía mal. La conmoción a nivel mundial no se hizo esperar porque ella representaba medalla de oro en cada competencia. Algo bien grave debía estar sucediendo.
Estamos hablando de la primera mujer en el mundo en hacer triple torsión con doble vuelta mortal en una rutina de piso. En la barra de equilibrio doble voltereta sobre la barra y doble salto mortal para caer en la lona de pies, ninguna lo había logrado antes. De remate, el triple doble en el aire que muchos, incluidos hombres, intentaron sin hacerlo a la perfección como lo logró ella. Primera gimnasta en 70 años en lograr unas 25 medallas de oro en 5 años de competencias internacionales. Bailarina y porrista del equipo de fútbol americano Texans.
“Esta época del año es horrible porque me hace recordar cómo era. Me hace recordar lo difícil que fue hablar, verbalizar todo por primera vez. Ahora es cuando todo sale a la luz. Y el cuerpo lleva la cuenta”.
Lo que sale a la luz es una vergüenza nacional en Estados Unidos. Seis años atrás en esa misma fecha Steve Penny, jefe del comité de gimnasia estadounidense, envió a Simone Biles al infortunadamente famoso Rancho Karolyi donde entrenaba el equipo, a pesar de haber recibido dos días antes una denuncia contra el médico de dicho equipo, Larry Nassar, en la que se aseguraba de manera inequívoca que era un abusador sexual serial. Penny debía denunciar eso por ley, pero no lo hizo y la envió para ese rancho donde ya se sabe que han sido abusados tantos atletas. La vergüenza es el manto de complicidad que hay alrededor del hecho a pesar de las muchas denuncias de otras deportistas, hasta el FBI se ha visto mal, aunque el abusador haya sido condenado a más de 100 años.
Y aquí es donde sale a relucir el TEPT. Bastó con que coincidiera la fecha de competencia con la de su llegada a la morada del lobo para reactivar las memorias traumáticas como si estuvieran sucediendo ahora con la misma intensidad del trauma inicial. El evento traumático es codificado en una forma anormal de memoria que irrumpe espontáneamente en la conciencia en forma de flashbacks de sensaciones vívidas e imágenes; un grupo particular de ellas condensa toda la experiencia en lo que se denomina el “horror último”. Eso fue lo que bloqueó mentalmente a la gimnasta para un deporte que exige el 200% de concentración, so pena de sufrir un accidente fatal. Una decisión que es también un acto valiente que tendrá repercusiones en la supuesta democracia perfecta.
“El cuerpo lleva la cuenta”. Tremenda enseñanza me deja su frase.
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