Desde 2008 se celebra el Día Mundial del Sueño el viernes anterior al equinoccio de marzo, o el tercer viernes de marzo que, en esta ocasión, corresponde al próximo 18. Es promovido por la AMMS, Asociación Mundial de Medicina del Sueño, la cual propuso como lema para este año “Sueño de calidad, Mente sana, Mundo feliz”.

La idea central de los investigadores y miembros de la comunidad médica dedicada a la medicina del sueño es prevenir y manejar los trastornos del sueño para una mejor calidad de vida a partir de saber con certeza las implicaciones del buen dormir en la vida del ser humano. Así como también se conocen estadísticas de la cantidad de trastornos del sueño en la población mundial, cifras que no revelan la realidad porque un alto porcentaje no acude a los servicios médicos.

La cantidad de horas aproximadas que debe dormir una persona para un sueño reparador se ha establecido entre 7 a 8 horas, independiente de la edad; promedio difícil de alcanzar en la vida contemporánea en la que un día de 24 horas es tiempo insuficiente para un altísimo porcentaje de personas, me incluyo en esa lista, por lo que vale la pena replantear si ese promedio de horas de sueño sigue siendo válido dadas las características de los estilos de vida actuales.

Tenemos 3 tipos de relojes o tiempos: el tiempo interno, es decir, el que marca nuestro reloj biológico; tiempo social, el que nos imponen nuestras obligaciones laborales, familiares y sociales; tiempo ambiental, que es determinado por el ciclo solar. Poner de acuerdo a los 3 es tarea compleja que subyace en los orígenes de nuestras dificultades para conciliarlo o mantenerlo.

El tema de cada año responde a necesidades que se han planteado según las investigaciones que se realizan desde 2008: “Conduce despierto, llega a salvo”, “Duerme bien, crece sano”, “Respira bien para dormir mejor”, “Duerme bien, envejece sano”, “Respira bien, duerme mejor, es salud”, “Cuando el sueño es reparador, la salud y la felicidad abundan”, “Dormir bien es un sueño alcanzable”, “Únete al mundo del sueño, conserva tus ritmos para disfrutar de la vida”, “Sueño saludable, envejecimiento saludable”, “Mejor sueño, mejor vida, mejor planeta”, “Sueño regular para un futuro saludable”.

Padecer insomnio en la adultez aumenta el riesgo de sufrir alteraciones cardiovasculares, déficits cognitivos y de memoria, así mismo, síntomas de ansiedad y depresión; los que tiene un sueño fragmentado y no reparador pueden presentar hipertensión arterial, diabetes, obesidad y otros. Los niños con insomnio presentan dificultades en aprendizaje y problemas de conducta.

La AMMS declara: “Mientras que la somnolencia y el insomnio constituyan una epidemia global que amenacen la salud y la calidad de vida; mientras se pueda prevenir y tratar la somnolencia y el insomnio; mientras que la toma de conciencia profesional y social sea el primer paso sobre el cual actuar, declaramos que los desórdenes del sueño se pueden prevenir y tratar médicamente en cualquier país del mundo.

¿Los no elegidos en elecciones estarán insomnes?

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