Para quienes estén familiarizados con el cine de Charlie Kaufman no es extraño que su nueva película Estoy pensando en dejarlo, haya generado tanta controversia. Es tal vez lo que se espera de un director con títulos como Being John Malkovich, Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Synecdoche New York, y Anomalisa.

El filme está basado en la novela del mismo nombre, “I’m thinking of ending things”, escrita por Ian Reid, una de las fuentes a las que se puede acudir para solucionar su admirable final abierto. Pero esto no es necesario, como afirma el director; la conclusión la puede dilucidar cada cual, de acuerdo con su percepción, ya que el guion se toma sus libertades.

La cinta se nutre de una compleja trama llena de referencias históricas, literarias, teatrales y cinematográficas, que por más que leamos “spoilers” entre los comentaristas, es imposible no sorprendernos al verla. Más aun, es de las películas sobre las que vale la pena leer antes de ver, y ver más de una vez, porque cada experiencia puede llevarnos a otra interpretación.

La historia comienza con un largo paseo en carro donde vemos a Jake (Jesse Plemons) llevando a su novia Lucy (Jessie Buckey) a conocer sus padres. En el camino hay una intensa conversación donde se revela algo de la identidad de cada uno: gustos, ocupaciones y cuestionamientos sobre la relación misma. Algunas reflexiones resultan excelentes monólogos de aquello que se piensa, pero nadie se atreve a decir.

La llegada a la casa de los padres complica un poco las cosas. Con una excelente actuación de Toni Collette como la madre y David Thewlis como el padre, nos enteramos de los momentos claves del pasado de este hombre solitario. Pero también ahí es cuando su relación con Lucy empieza a parecer más imaginaria que real.

De repente, vemos a Jake ya mayor (Guy Boyd), trabajando como conserje en un colegio. Repasa los episodios de su pasado; parece el peritaje antes del fin, y la cinta retrocede en tiempo. Lucy ha cambiado de nombre y de vestido, y las referencias nos hacen dudar una vez más si lo que vemos le sucedió, o es producto de una imaginación inspirada en los libros, películas y obras de teatro que vio.

En esto radica la riqueza del filme, que nos pasea por la poesía de Eva H.D., las críticas de Pauline Kael, el cine de Robert Zemeckis o John Cassavetes, y recreaciones del musical Oklahoma, marco de referencia central.

El título en español, Estoy Pensando en Dejarlo, no traduce exactamente el original, que puede tener un contexto más amplio y complejo. Mencionado tanto por la protagonista como por el narrador, la frase se puede referir a terminar una relación o a terminar una vida, lo cual, en ocasiones, puede ser lo mismo.

Kaufman nos expone una vez más a sus temas tradicionales como la familia, la realidad alternativa o la soledad, haciéndonos cuestionar con ironía los falsos clichés que pretenden convencernos de que todo va a estar bien, o que nunca es tarde para conseguir lo que deseas.

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