La directora peruana Claudia Llosa nos deleitó en sus comienzos con maravillosas historias de gran autenticidad como Madeinusa (2005), nominada al Premio del Jurado en Sundance y La teta asustada (2009), por la cual estuvo nominada a un Óscar. Después incursionó en el idioma inglés con Aloft, (2014), que contó con la actuación de Jennifer Connelly y Cillian Murphy, cinta que no logró el éxito esperado. 

Por ello, la expectativa de volver a presenciar otra de sus historias fantásticas en escenarios locales y en español era grande, y Distancia de rescate así lo prometía. Pero a pesar de las buenas actuaciones y de los satisfactorios escenarios hipnóticos, se queda corta en el intento con un libreto ambiguo y confuso. 

El filme está basado en la novela homónima de la escritora argentina Samantha Schweblin, quien también participó en el guion, y la historia se centra en la relación de amistad entre dos mujeres, y de ellas con sus respectivos hijos. 

Comienza con la llegada de Amanda (María Valverde) a pasar vacaciones en un remoto lugar campestre en Argentina. Viene acompañada de su pequeña hija, Nina (Guillermina Sorribes Liotta), y eventualmente espera la llegada de su marido que se retrasa cada vez más. 

Recién instalada recibe la visita de su vecina Carola (Dolores Fonzi), quien viene a presentarse y a ofrecer ayuda. Allí mismo revela que es también la madre de David (Emilio Vodanovich), con quien mantiene una extraña relación debido a una experiencia traumática del pasado. De inmediato se crea un ambiente de intriga, y esperamos develar el misterio escondido que relacionamos con la voz que relata la historia. 

Por otra parte, Amanda confiesa sus aprensiones como madre que responde al título de la película. Su temor consiste en el cálculo mental que la acosa constantemente y que consiste en medir el tiempo que le tomará rescatar a su hija en el hipotético caso de una emergencia. 

La ambientación y la música nos hacen sentir que la emergencia llegará en cualquier momento e incursionamos en el thriller psicológico con tintes de horror y de realismo mágico que se presta a distintas interpretaciones. 

Llosa vuelve a someternos a esa interacción entre lo terrenal y lo mítico a través de las leyendas urbanas que han sido una constante en su obra. Esta vez, la conexión con el instinto maternal le da un tono más sensible y complejo, y nos hace cuestionar los extremos a los que podíamos llegar en el intento de salvar a un hijo. 

Se toca además el tema de la contaminación ambiental, la relación entre las dos mujeres, con insinuaciones que recuerdan escenarios de Francois Ozon, y explora las diferencias entre la vida del campo y la ciudad, con los prejuicios que las definen. Los personajes masculinos aparecen de manera tangencial, y para efectos de la trama, están casi ausentes.

La película tuvo su premier en el Festival de Cine de San Sebastián donde las opiniones fueron encontradas. Se puede encontrar por Netflix.