Si las elecciones presidenciales fueran el próximo domingo el ganador absoluto sería Gustavo Petro. Pero todavía faltan 12 meses y muchas cosas van a suceder, pues la política es dinámica y hasta perversa, y encierra muchas variables, algunas difíciles de prever, aun utilizando sistemas avanzados de tecnología del marketing político y del big data.

No podemos olvidar que en estos países latinoamericanos, con bajo nivel de cultura política, unido a factores de pobreza y corrupción, así como un torcido manejo de redes sociales, el voto es emocional, no racional. En este escenario una de esas variables de riesgo para el candidato Petro es el mismo paro nacional que ya completa un mes de desórdenes, bloqueo de carreteras, vandalismo y hasta terrorismo como lo sucedido recientemente en Tuluá. El costo de ese paro ya supera los 10 billones de pesos. Es decir, el enemigo de Petro no es Uribe, sino el paro nacional y sus consecuencias.

No podemos negar que este paro se inclinó hacia el candidato Petro con dos banderas importantes: la reforma tributaria y la reforma a la salud, lo que le produjo grandes dividendos políticos. Sin embargo, si dicho paro nacional fracasa y más bien produce un impacto negativo en la economía y destrucción del país, el escenario cambiaría.

Ahora bien, en estos momentos no se han definido las candidaturas de centro izquierda y la de centro derecha. Apenas se están cocinando nombres o coaliciones, para sacar un candidato que se le enfrente a Petro. Los primeros están pensando en Fajardo, y los de la derecha, en una paloma que tenga los pantalones bien amarrados y que hable duro. Además de la escogencia de otro costeño como Alex Char en llave con el paisa Federico Gutiérrez.

Antes del paro nacional, trataron de inhabilitar a Fajardo con una teledirigida investigación de la Fiscalía, pero ahora seguramente que le inyectarán una nueva vacuna para revitalizarlo y convertirlo de peso pluma a peso pesado. Fajardo es el único que le mueve el piso a Petro.

Ahora bien, si el paro nacional se sigue saliendo de madre con su vandalismo, el terrorismo como el de Tuluá, quema de ambulancias y de policías, destrucción del transporte masivo (Transmilenio, Trasmetro, Mío), destrucción de empresas, parálisis del transporte y desabastecimiento de productos alimenticios y medicamentos, así como los muertos y heridos de la población civil, este sería el gran enemigo del candidato Petro, pues el vandalismo y el terrorismo no producen votos.

Ya circula por redes sociales que este paro nacional con infiltración de grupos armados es el inicio de lo que el pensador francés Félix Guattari, llamó Revolución Molecular, o Revolución Molecular Disipada como le dice el filósofo chileno Alexi López y el senador Álvaro Uribe. “No hay tiempo para la espera o para el temor, hay que buscar nuevas armas”, dijo Gilles Deleuze, como un juego de movilización social. ¡No hay que jugar con candela!

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