La corrupción puede ser una conducta y frecuentemente se relaciona con el poder. Dicha conducta es negativa y si se relaciona con el poder refleja el abuso de este. Se dice que el poder corrompe y cuando es absoluto corrompe absolutamente. Y como todo poder es político, el abuso que se desprenda de él es corrupción política; y pervierte el régimen político convirtiéndose en una calamidad para la sociedad. La corrupción política se da en entornos institucionales específicos. Esto ayuda a comprender por qué en Colombia hay tanta corrupción como consecuencia de la alta concentración del poder y del mediano y bajo grado real de competencia política, los cuales incrementan los niveles de corrupción.
La utilización de un avión presidencial por la esposa del presidente de la República para desplazarse, con amigas y sus hijos, a la fiesta de cumpleaños de uno de los hijos del presidente Duque, es abierta y claramente un acto de corrupción. Se trató de la utilización de recursos públicos, adquiridos con los impuestos de todos los colombianos, para un asunto particular, no público. Entonces, lo ocurrido con el avión presidencial es un acto indebido que involucra a un gobernante cuando es ejecutado por su familia, estando de por medio recursos públicos, pues se trata “de abuso de poder confiado a líderes políticos para obtener beneficios privados” (Lord Acton).
La entrevista sobre este tema de Vicky Dávila al periodista Hassan Nassar, jefe de comunicaciones del Gobierno, se convirtió en un ajuste de cuentas público entre fuerzas uribistas a las que pertenecen o simpatizan ambos periodistas. Se trató de un acto bochornoso, irrespetuoso con el público, un mal ejemplo transmitido a través de los medios de comunicación. Fue un abuso de poder personal el haber utilizado recursos privados para dar un ejemplo negativo a una sociedad confundida. Dicha entrevista por su vulgaridad de alguna manera refleja lo que también es Colombia; sobre todo, cuando los medios de comunicación y numerosos profesionales que trabajan en ellos no siempre informan con objetividad; o cuando lo hacen opinan, juzgan y condenan. Y ahora se suma que pueden convertir los medios de comunicación en una plataforma de indecencia y mal gusto. Al final banalizaron el objeto de la entrevista y todo terminó ocultando el acto de corrupción que se quería tratar. ¿Eso era lo que querían los dos periodistas, o fue incidental que terminaran envueltos en un escando lamentable, permitiendo que hechos como lo ocurrido con el avión presidencial, termine en corrupción con inmunidad?
El intento de escrutar públicamente el hecho, apenas enunciado en la entrevista, más allá de su intencionalidad, concluyó en una cortina de humo de un acto de corrupción y se redujo a una disputa de egos y viejas rencillas, como si hubiese sido una estrategia. Es posible que uno de los dos periodistas no haya tenido esta intención, pero así se dio y así se vio. Coincide que ambos son proclives ideológicamente al presidente y a la esencia del partido Centro Democrático y de su máximo dirigente. Al final, hicieron un gran favor ocultando y desviando la atención de la opinión pública sobre el acto de corrupción en cuestión. Todo esto en Colombia es posible, pues no existe una relación inversa entre democracia y corrupción.