En Bogotá el 85% de los hogares tomaba diariamente tres comidas, en Pasto lo hacia el 83% y en Florencia el 92%. Con la pandemia esos porcentajes descendieron significativamente a 72%, 67% y 61%, respectivamente. Esto significa que Bogotá ha podido resistir mejor las consecuencias de la pandemia; quizás sus líderes han gestionado mejor la crisis.

La situación en el Caribe colombiano es más severa y catastrófica que en el resto de Colombia. Es el caso de Barranquilla en donde antes de la pandemia el 82% de los hogares consumía tres comidas diarias; hoy lo hace el 41%. En Cartagena antes de la crisis actual el 86% tomaba tres comidas cada día; hoy lo hace el 40.5%. En Santa Marta antes de la pandemia tomaban tres comidas por día el 93% contra el 45% actualmente. Lo anterior significa que la situación es más grave, en su orden, en Santa Marta, seguida de Cartagena y menos drástica en Barranquilla; sin dejar de ser absolutamente crítico el panorama en los tres casos. En las ciudades de Sincelejo y Valledupar el 87% y 92% de los hogares tomaba respectivamente, antes de la pandemia, tres comidas. Luego, con la pandemia, estos porcentajes cayeron a 49% y 66%, respectivamente. Mientras que, en Colombia, el 29,2 % de las familias consume actualmente solo dos comidas al día, en la costa Caribe este promedio es de 48.1% de hogares. Y aunque importa la cantidad de comida o la frecuencia con la cual se toman los alimentos, también es importante, y a veces más, la calidad de los mismos.

Lo anterior se podría explicar por el elevado porcentaje que representa el sector informal en la Región Caribe y la falta de mayores recursos públicos y sociales, comparados con otras regiones del país, destinados a la atención de la población más vulnerable. A ello se suma la deficiente gestión económica de la mayoría de los gobiernos territoriales de la Región, durante la crisis sanitaria, aunque los ciudadanos, en las encuestas, manifiesten tener una imagen muy favorable de sus gobernantes; lo cual se debe en parte a una disposición cultural y social para no hablar mal de sus gobiernos, así lo merezcan. Se observa una tendencia a preocuparnos por mantener una buena imagen, frente al resto del país, que no siempre corresponde con la realidad.

En todo caso la situación social en la Región Caribe, aún más deteriorada con la pandemia, es una de las más críticas del país. Y dada la persistencia de la pandemia todo indicaría que la realidad socioeconómica puede empeorar. Y a veces es bueno buscar las causas de los problemas. En realidad, nada puede existir sin causa. Al menos, se puede identificar una: las injusticias sociales que, en Colombia, son más profundas y extendidas en esta Región y en el Pacífico colombiano.

PD: “Una injusticia hecha en perjuicio de uno solo es una advertida amenaza contra todos”. Emerson.