Los orgasmos
Considero que debería desmitificarse la sobrevaloración del sexo desde imaginarios sociales propios de la industria pornográfica.
Históricamente el placer, el erotismo y la sexualidad se han abordado desde los tabúes y estereotipos de género, que limitan las libertades de unos u otras. Le han dado poca libertad a las autopistas universales del placer, han pesado más los mitos y las cargas de “doble moral”, que prohíben explorar el cuerpo, vivir el placer con libertad, así como romper miedos e inseguridades, que el derecho al goce erótico.
Socialmente se aceptan más las formas violentas de relacionamiento que las del amor y el erotismo, se esconde y se prohíbe sentir placer, vivir el cuerpo y llegar al máximo de excitación sexual; esto para las mujeres ha sido un desafío histórico, dado que sus cuerpos han sido tratados como fuente de placer para terceros y no para ellas, la exigencia de prototipos de belleza y estética o el impacto del machismo que la ubica como un cuerpo que da placer a un macho desde lo “heteronormativo”, sin permitirle ninguna otra opción; ha marcado significativamente la autoestima femenina, es decir, – el amor propio – opacado por - el amor romántico e idealizado – que tanto daño causa.
Por ello, tras muchos años de mitos y prejuicios el goce femenino pide con contundencia espacio para la reivindicación de sus derechos, no es un secreto que muchas mujeres nunca ha experimentado un orgasmo y otras tienen problemas para lograrlo, sin opción de comunicarlo o trabajarlo con la pareja. El orgasmo rompe con la premisa de finalidad (única) reproductiva del sexo, dado que su objetivo es el de proporcionar placer, una palabra que ha sido prohibida para muchas.
La intensa sensación de placer que la mujer consigue con la estimulación de zonas erógenas no está relacionada solo con el otro, sino con su ser, sus emociones, su salud física y emocional. Tampoco existe un recetario para lograr un orgasmo y la penetración no es la única forma de conseguirlo, es decir, no se limita al coito o a lo estrictamente genital. El orgasmo depende de percepciones subjetivas, por ende, es particular para cada persona.
Es importante mencionar que las influencias religiosas inculcaron a sus fieles la noción de pecado a lo relacionado con lo sexual. Por ello, el único fin de las relaciones sexuales era la procreación. El goce pasó a ser un tabú, sobre todo el femenino y lamentablemente esto sigue haciendo presencia en la actualidad.
Considero que debería desmitificarse la sobrevaloración del sexo desde imaginarios sociales propios de la industria pornográfica que lo han vendido como algo “perfecto” donde no hay variaciones o dificultades para el placer, hay que entender y vivir la sexualidad libre de culpas, de normas o limitaciones, no solo existen las formas heteronormativas, por ello, las diversidades y exploraciones deben tener apertura en un mundo invadido de prejuicios que merece y necesita vivir con libertad, garantía de derechos y amor propio; el derecho al goce y al hedonismo no debe ser condicionado por terceros que reciban – orgasmos fingidos – sino que se deben tejer alianzas comunicativas y de corresponsabilidad con el otro u otra, es momento de que los mitos sexuales dejen de prohibirle – especialmente- a las mujeres el derecho al placer libre y desmontado de arquetipos patriarcales que la han jodido por años y años.
Quedan muchas preguntas por resolver, quisiera dejar una como cierre de esta columna y tiene que ver con lo siguiente; si la mayoría de las mujeres no tienen orgasmo durante el coito y sí lo experimentan con la masturbación ¿El coito debería cambiar a formas de placer pensadas para las mujeres o parecerse más a la masturbación?
Más Columnas de Opinión
Ya tenemos la #LeyVapeadoresRegulados:¿y ahora qué?
Vuelve y juega. Tal como ocurrió con el cigarrillo hace unas décadas, los cigarrillos electrónicos —mal llamados vapeadores— se pusieron las mejores galas para entrar en nuestras casas. Se presentaron como los dispositivos para dejar de fum
Una mirada desde fuera
Esta semana tuve la oportunidad de recorrer varias zonas del país con el grupo de estudiantes de la maestría en Liderazgo Global de la Universidad de Columbia, que actualmente dirijo. Los estudiantes sostuvieron reuniones con un grupo de desatac
Anuncios y argumentos engañosos
Cuando se hace necesario utilizar anuncios y argumentos engañosos, o mostrar como ejemplos situaciones pasadas diferentes para justificar un proyecto hoy en ejecución, es porque con la verdad y la franqueza no se cuenta con argumentos ciertos pa
¿Juventud sin futuro?
Según una encuesta realizada por Minsalud, el 66.3% de los colombianos declara que en algún momento de su vida ha enfrentado algún problema de salud mental. Este porcentaje es mayor entre las mujeres en un 69%. Y en el rango de 18 a 24 años, e