¿De dónde surge la expresión ‘petacazos’ para referirse a tomar unos tragos? Rodolfo Gómez Peralta, Medellín
Viene de petaca y del sufijo -azo. Petaca es ese recipiente usado para cargar bebidas alcohólicas espirituosas o de alta graduación, de una capacidad que casi nunca supera las nueve onzas, metálico o forrado en cuero, ancho y plano, y, por lo general, algo curvo para llevarlo en un bolsillo de atrás. Son las botellitas de acero que en Barranquilla llamamos ‘licoreras’. Por su parte, el sufijo -azo construye aumentativos (‘Andreína es un bollazo’, ‘Borja metió un golazo’) o da el sentido de golpe (codazo, garrotazo) o de movimientos rápidos (latigazo, petacazo). Petacazo, entonces, es una acción rápida que consiste en llevarse a la boca la petaca para beber directamente de ella. Hoy, petacazo ha pasado a ser la ingestión de cualquier trago de licor. De hecho, en áreas del interior de nuestro país, a una canasta de cervezas se le dice petaca o petaco.
En Venezuela llaman catires a los rubios. ¿De dónde sale esto? Enrique De la Rosa, B/quilla
Catire es alguien de piel blanca, pelo rubio o rojizo, a veces con pecas y ojos verdes o “rayados”. Se usa mucho en Venezuela, y sale de la lengua de los cumanagotos, etnia indígena caribe del centro oriente de ese país. Sin embargo, el lingüista Julio Tobón Betancourt llegó a decir que catire es “voz quíchua > catiri: bermejo, rubio”. Y en el Diccionario pastuso, de Héctor Bolaños A., hallé esto: “Catiro: Rubio, mono, aquí y en todo el país. Catire en Venezuela y suco en Ecuador”. Como los primitivos pastusos eran de lengua materna quechua, busqué en un diccionario quechua la palabra catiri, de Tobón, y no la hallé, pero sí hallé suqo, la de Bolaños, con el sentido de rubio. En fin, juzgo que catire es voz cumanagota por su uso extendido en Venezuela y porque esa lengua ha prestado a la nuestra muchas palabras. Pero tengo una duda: si apenas durante la Conquista los nativos de América conocieron a hombres rubios, ¿por qué, como se ha precisado, ya existía la palabra que los nombra?
¿Su columna se inspira en “Gazapera”, la que mantuvo por muchos años el paisa ‘Argos’? JATS, B/quilla
Hay similitudes, pero nuestros propósitos y la manera de recolectar la información determinan diferencias. ‘Argos’ buscaba errores en la prensa escrita, los resaltaba, los comentaba, dictaba lecciones sobre ellos y a veces hacía un chiste sano, todo ello sin escarnecer a los responsables y de una forma tan simpática y amable que nadie se sentía ofendido. Como su curiosidad lo llevaba a averiguarlo todo, llamó a su actividad la ciencia de la ‘averiguática’. En cuanto a mí, no busco ni resalto errores. Recibo preguntas que me llegan e intento absolverlas luego de beber en distintas fuentes o de sopesar distintas versiones, algo que también implica pesquisas arduas. Disto mucho de ‘Argos’, que, además de culto, era sabio y perspicaz. Desde luego, no se trata del tópico de la falsa modestia.
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