Origen de la locución ‘parar bolas’. Roberto Silvera, B/quilla
‘Parar bolas’ significa poner atención a las palabras de alguien o al mensaje que alguna situación particular nos transmite u oír con atención los requiebros amorosos de otra persona. Donde más se emplea esta locución es en los países caribeños, en los que el béisbol es popular y, en la mayoría de ellos, deporte nacional. ‘Parar’ es acortamiento de ‘aparar’ o coger en el aire (con las manos, con una tela, con un guante) uno o más objetos, como una bola de béisbol, las sorpresas de una piñata o, digamos, algo que se pide a quien está sentado más allá. En el béisbol todos los jugadores, con sus manillas, aparan las bolas que les lanzan o que batean los rivales, es decir, son unos ‘aparadores de bolas’ o aparabolas. De ahí a la creación por parte del habla popular de una locución tan expresiva y contundente como ‘parar bolas’ había un mínimo paso.
Le dije a un amigo que su hijo estaba borracho en un bar, y me contestó: “Seguramente es cierto”. ¿Es correcta la expresión? AAZ, B/quilla
Algunos dicen que no lo es porque en el más estricto de los sentidos pareciera que hay sobra de palabras, un exceso innecesario, pues si decimos ‘seguramente’ es porque algo es ‘seguro’, es decir, ‘cierto’. Pero hay otros que dicen que la expresión es un colombianismo, esto es, correcta de acuerdo a la costumbre en Colombia, donde usamos ese ‘seguramente’ a título dubitativo y con el sentido de ‘probablemente’ o ‘posiblemente’. Un purista del idioma o alguien que quisiera ser milimétrico en la expresión diría ‘probablemente es cierto’ o ‘posiblemente es cierto’. Pero en Colombia, en sentido familiar, ‘seguramente’ no equivale a ‘seguridad’, sino a ‘probabilidad’. En otras palabras, para nosotros es muy distinto decir ‘es seguro’ que decir ‘seguramente’, porque esta última palabra, reitero, equivale a una ‘probabilidad’. Además, en Colombia su uso está extendido por todo el país.
Hoy no se dice ‘ponerse bravo’ o ‘ponerse cómodo’, sino ‘colocarse bravo’ o ‘colocarse cómodo’. Jorge Bohórquez V., B/quilla
El ejemplo que usted trae es un barbarismo descomunal. Colocar viene del latín col-locāre ‘poner en un lugar’, y es, simplemente, ubicar algo en su sitio: un libro, un plato, un pantalón… Tiene otras acepciones, como colocar dinero en un banco o a alguien en un empleo. Hoy se abusa de la palabra, como se ve en su pregunta. En resumen, y tajantemente, nadie se ‘coloca colorado’ ni nadie se ‘coloca triste’.