Qué dice de la exclamación ‘¡carajo!’. Víctor Pisciotti, Bogotá
Esta locución origina infinidad de sensaciones, y, por malsonante, muchas veces requiere de sinónimos eufemísticos, como ‘caray, caramba, miércoles, vaya, madre mía, pucha, ajo…’. De origen incierto, es de uso extendido en la América hispanohablante, pero nació en España, pues figura en el Cancionero de Baena, reunión de poemas de autores de antes de 1426, que el poeta Juan Alfonso de Baena compiló influido por recopilaciones galaicoportuguesas. La voz tiene múltiples acepciones, que a veces se oponen. Así, si se dice “me importa un carajo” significa que no se le da ningún valor a algo; pero si se dice “la película estuvo del carajo” quiere decir que se valora mucho. También expresa sorpresa, disgusto, enfado, alusión a algo muy lejano o a una persona despreciable… “¡Vete pa’l carajo!” es despedir de manera concluyente a alguien a quien momentánea o permanentemente no se estima.
No entiendo la expresión ‘echar de menos’, porque si extraño a alguien debería usar otro adjetivo. Roberto Silvera, B/quilla
Una frase hecha es una expresión fijada por los hablantes de una comunidad lingüística. No es un refrán, es muy difícil de traducir a otro idioma, se usa en todos los niveles sociales y por lo general tiene sentido figurado. Ejemplos: ‘No tener pelos en la lengua’, ‘hablar por los codos’, ‘echar de menos’. Este último equivale a ‘notar la falta de alguien o de algo’: “Se fue Juanita; la echaré de menos”. Es correcto ‘echar en falta’: “Si me retirara de la fiesta nadie me echaría en falta”. Es incorrecto, por arcaico, ‘echar menos’: “Se echó menos el consejo paterno”. También se desaconseja emplear ‘encontrar a faltar’ o ‘echar a faltar’: “En el Junior se echa a faltar un número 10”.
Nota: En su última nota en EL HERALDO, el columnista Álvaro De la Espriella Arango esboza la duda de si entre las palabras ‘acera’ y ‘andén’ hay diferencias. Es enfático al decir que una y otra “son para caminar, para el peatón, para circular a pie, aquí y en cualquier lugar del mundo”. Los dos términos significan lo mismo, pese a su distinta etimología. En Barranquilla, además, a veces decimos ‘sardinel’, aunque esta voz asume también otras connotaciones. En sentido estricto, ‘andén’ o ‘acera’ es la parte elevada de la orilla de una calle, dispuesta exclusivamente para el tránsito de peatones. Tiene razón, pues, el doctor De la Espriella cuando se queja en su columna del mal trato que aquí les damos a estos corredores.