P: Ahora que se habla del nuevo puente en el caño de Las Compañías, ¿qué es lo correcto: puente batiente o puente abatible? José A. Tovar, B/quilla
R.: Hay varias maneras de llamar a este tipo de puentes: abatibles, basculantes, móviles o levadizos, pero nunca batientes. Este último término se refiere a lo que se bate o se mueve de un lado a otro, como un abanico; las alas de un ave; los remos de una canoa, o, por ejemplo, puertas como las que a veces separan un comedor de una cocina, que se empujan y luego ellas, girando sobre un eje vertical, regresan a su posición. Lo correcto es decir que sobre el caño de Las Compañías se ha construido un puente abatible, que es algo que se abate, que desciende, algo que, luego de girar sobre un eje horizontal, desde una posición vertical termina acostado para que los vehículos crucen el caño. Son asimismo válidas las locuciones puente basculante, puente móvil e, incluso, puente levadizo, aunque este se asocia más con fosos, castillos y Medioevo.
P.: [Para referirnos al año entrante], ¿es correcto decir ‘veinte veinte’ y no dos mil veinte? Alberto Martínez P., B/quilla
R.: Decir ‘veinte veinte’ para referirse al próximo año puede considerarse un uso familiar del idioma, que es el empleo de códigos expresivos, como argots, jergas, regionalismos, jeringonzas… Aunque a alguno pueda resultarle extravagante, esas son formas de hablar, que, más allá de que sean correctas o incorrectas, admitidas o no… ahí están. Por ejemplo, vi este aviso en una droguería: “Servicio las 24/7”. Este es un giro que todo el mundo entiende como “servicio veinticuatro horas cada uno de los siete días de la semana”. Según la extensión de su uso, este tipo de locuciones podrían ser acogidas porque, ya lo sabemos, a la Academia, antes que corregir, lo que le interesa es el registro de lo existente en el idioma. Además, mientras la gente se entienda con esa clasede giros, estos seguirán usándose.
Nota: Sobre mi respuesta acerca del origen de la voz cuadro, me escribe Álvaro Suescún T. Su opinión me parece fundamentada: “Hay un par de nominativos que se usaban en Barranquilla: ñero y cuadro, ambos en vías de extinción. El primero salió de los muelles del terminal cuando estaba en Puerto Colombia, y entre las clases trabajadoras se generalizó el uso de compañero, versión españolizada de camarada, que se apocopó en ñero. Entre los trabajadores había buena cantidad de palenqueros (fundadores del barrio San Francisco, invasión en sus orígenes en sus dos versiones: San Pacho y San Pachito, muy cerca de la vía 40, al lado de la línea férrea), quienes influenciaron en sus modos y costumbres a los habitantes de esta ciudad. Pues bien, en la lengua palenquera, amigo, hermano, se dice kuagro y así se llamaban entre ellos. Por su consonancia, no es difícil deducir cómo derivó kuagro en nuestro habitual cuadro, que solo en Barranquilla, en algunas zonas de Cartagena y en Palenque aún se usa”.
edavila437@gmail.com