Los cambios recientes en la evolución de la pandemia, la aparición de la variante ómicron, su crecimiento avasallador, sobre las otras variantes incluyendo delta, ha mostrado, que si bien esta variante, resultado de una cantidad mayor de 30 mutaciones, tiene una alta capacidad de contagio, mayor 2 a 4 veces que las anteriores, pero, su posibilidad de producir una enfermedad grave es menor. La gran cantidad de contagios ha requerido nuevamente de una mayor congestión de los servicios de urgencias y los servicios de atención de la salud. Desde noviembre, cuando se descubrió la variante ómicron, las diferentes opiniones científicas, han señalado proyecciones que van de una mayor, a otra de menor impacto en la salud pública, y en la reactivación social y económica, su corto seguimiento ha mostrado una menor mortalidad, aunque los contagios sigan creciendo. El virus se está propagando con mayor rapidez, ya que tiene una mayor capacidad de evadir aún la inmunidad obtenida con las vacunas, de acuerdo con un estudio conjunto de la Universidad de Copenhague, el Instituto de Estadística de Dinamarca y el Statens Serum Institut (SSI). Esta investigación, también reveló que las personas vacunadas con un refuerzo, tercera dosis, son menos propensas a transmitir el virus, independientemente de la variante, que las no vacunadas.
Las vacunas continúan teniendo una buena protección contra los casos severos o mortales, de ómicron, pero la alta transmisión sin precedentes está produciendo un aumento de las hospitalizaciones por covid-19 que desafían los sistemas de salud, y de prestación de servicios, los de Urgencias, y otros, constituyéndose en una gran amenaza para la salud mundial. Por esta razón, es necesario reforzar la atención ambulatoria y el seguimiento de contactos, para disminuir la transmisión, contrario a los que otros recomiendan de no hacer pruebas a asintomáticos sin riesgos, o dejando sin diagnóstico de otras infecciones virales similares a la producida por el Sars.Cov-2.
La OMS, señaló que la mortalidad se mantiene estable, pero es mayor donde es mayor la incidencia, y menor la tasa de vacunación. Más de 7 millones de nuevos casos han sido registrados en países de Europa y Asia Central, en los primeros siete días del año, el doble que dos semanas antes.
Hans Kluge. El director de OMS-Europa recordó que el coronavirus ha sorprendido "más de una vez" y que "no es buena idea" hacer previsiones, además de destacar que el objetivo fundamental para este año es "estabilizar la pandemia".
La responsable de emergencias de OMS-Europa, Catherine Smallwood, apuntó por su parte que "no estamos en ese punto de la pandemia" en que se puede prever su fin y que su evolución dependerá mucho "de las acciones que tomemos de forma colectiva en Europa y en todo el mundo".
Kluge mostró su preocupación por el impacto de ómicron en los países del Este, donde el porcentaje de población vacunada es menor. El director de OMS-Europa insistió en la importancia de mantener abiertas las escuelas, que deberían ser el último lugar en cerrarse y el primero en reabrir, por el bienestar mental, social y educacional de los niños.
Asegurar una buena ventilación, higiene de manos y el uso de mascarillas, así como incluir a profesores y otro personal escolar entre los grupos prioritarios para recibir la vacuna y la dosis de refuerzo deben ser aspectos centrales, según la OMS.
También en América Latina es cada vez más evidente el vertiginoso avance de la variante ómicron del coronavirus. Por ello, Chile empezó a aplicar la cuarta dosis de la vacuna, aunque esta conducta no es plenamente una garantía de mejores resultados.
Por lo que estamos viendo estos días en América Latina creo que es similar a una guerra anunciada de lo que ocurre en Europa. En un par de meses, el escenario será igual al europeo y muchos contraerán ómicron. El problema en América Latina es mucho más grande debido a su débil infraestructura sanitaria, la cual debemos fortalecer, sobre todo en la atención preventiva y ambulatoria, de lo contrario los hospitales colapsarán, con más trabajadores de la salud enfermos, falta de personal, dotación y fallecimiento de personas con otras enfermedades. Ante el avance de ómicron, se debe seguir vacunando, la gente debe seguir cuidándose y los gobiernos deben desarrollar estrategias para mantener al país funcionando.
Mi percepción y esperanza, con las diferentes mutaciones, es posible, que el esfuerzo del virus para defenderse del anticuerpo lo esté debilitando, y sus manifestaciones sean manejadas mediante una buena atención ambulatoria, y nos aproximemos al final de la pandemia.