Aunque los profesionales de la salud, tengamos como principios fundamentales, el de proporcionar nuestros conocimientos, voluntad, deseos, y en general permanecemos con todas nuestras fuerzas, puestas al servicio de las comunidades y personas, de cualquier clase, nivel, religión o diferencias sociales o económicas. Tenemos que reconocer que el empeño, los deseos y, en general, los esfuerzos y total dedicación, del personal sanitario, no parecen notarse, por diferentes factores, como el crecimiento acelerado de situaciones de violencia que cada vez limitan más la seguridad de los habitantes en Colombia, impulsando grandes movilizaciones de personas que, aun viviendo en situaciones muy deprimidas, se han visto desplazadas de sus precarios hogares, empeorando sus condiciones sanitarias y con ellas, las posibilidades de mejorar sus pronósticos en salud, su tranquilidad, el goce de la condiciones de libertad y, el entretenimiento, han sido atropelladas con acciones diarias, que han elevado, los niveles de temor, estrés, o enfermedades mentales, infecciosas, cardiovasculares y otras. A pesar de los esfuerzos de las autoridades, continúan creciendo, grandes organizaciones criminales, no solamente en los territorios apartados sino, también a nivel de las grandes ciudades.

Se necesita tener conciencia, de las dificultades que cada vez se acrecientan, que van desde los serios problemas financieros, que cada día parecen empeorar, entre el gobierno y las diferentes EPS e IPS. Instituciones hospitalarias en decadencia, que comprometen la calidad y el acceso de los pacientes, y como si esto fuera poco, no se ven resultados de planes organizados para mejorar la prevención y la promoción de la salud.

Peor todavía, cuando las investigaciones realizadas no alcanzan niveles que lleven a la solución de numerosas y complicadas situaciones médico quirúrgicas. No hay resultados nacionales, a pesar de grandes esfuerzos de investigadores que no tienen los apoyos mínimos necesarios.

Sin esfuerzos para conseguir soluciones, por encima de los partidos políticos, y del gobierno, dueños de las decisiones, que debería ser tomadas, inicialmente por los requerimientos de las grandes comunidades afectadas y del personal sanitario, ejes del manejo de una buena salud, se siguen tomando decisiones, sin un verdadero apoyo científicos, en las diferentes esferas nacionales, regionales y locales.

La propuesta del gobierno, es dejar que el mismo gobierno controle las variantes o necesidades, más importantes, para mejorar las condiciones de las gentes. Hasta el momento, después de más de un año, esta propuesta no se ha aceptado desde el punto de vista político. La respuesta de los gremios de la salud, cuya participación parece ser cada vez más pobre, no se ha hecho sentir. No hemos visto participar, en el Congreso, fuera del Ministro de salud, a los representantes de las agremiaciones médicas, universidades, e individuos con alta formación, dentro los trabajadores sanitarios. Sin embargo, la discusión continúa, en un campo de batalla, que enfrenta a grupos que defienden sus posiciones personales o de partido, sin llegar a ningún acuerdo.