Muy pocas cosas carecen de significado. Por muy insignificante que aparente ser la cuestión, en el fondo, la superficie o la apariencia, hay una razón. Allí la interpretación es esencial para comprender, explicar, cuestionar o defender las ideas, aspiraciones, propósitos, intenciones o conductas de las personas. ¿Nos hemos preguntado qué significa vivir? ¿Cuáles son los motivos y los propósitos de la existencia?
La vida es el mayor regalo de la naturaleza. Nadie aún ha podido pagar por repetir su origen, retornar al vientre materno o nacer, crecer y desarrollarse en un contexto diferente de aquel que le correspondió. En el momento en el que la conciencia se revela ante el ser se da un salto espiritual que motiva a alcanzar el sentido mismo, de nuestro tránsito por el mundo.
No es un asunto de costo, estimación, precio, compensación, retribución, reparación, indemnización o tarifa económica. Nuestra vida tiene sentido y mucho valor. Descubrirlo, reconocerlo y protegerlo es prioritario, esencial y mucho más que vital, urgente. Defender la vida desde la concepción hasta el cierre del ciclo conferido por la naturaleza supera cualquier argumento o debate que intente devaluar el milagro que nos creó.
Un morfema en lingüística es la pequeña porción de la palabra que le confiere significado al decir, pensar, imaginar y darle fuerza a la voz. Su importancia está en que es capaz de alterar, modificar o generar diferentes modos de interpretar lo que pretende expresar un término en cualquier tipo de lenguaje: Lo más pequeño tiene el potencial de definirlo todo, si entendemos que sin ello es imposible comunicarnos.
El amor a la vida es la cúspide de la gratitud. Es el designio de la voluntad anunciándole al destino que ya existe una causa para vencer las adversidades. Su protección no es una mera obligación exigible para todos. Debe ser el objetivo central de la resignificación de la condición humana por el resto de este siglo: Tu meta y legado para las futuras generaciones.
El ‘Morfemavida’ es el sentido, el significado y la definición más precisa del deseo de vivir. El instante en el cual la supervivencia adquiere motivos para vencer el peligro de adelantar el final de los días. La biografía del espíritu hablándole al alma, para que cuide su anatomía. La decisión del ser construyendo una relación sustentable con su cuerpo. El procedimiento elegido para postergar el plazo señalado por la defunción.
¡Vamos! Tu conciencia traza el mejor plan y lo hace realidad: Podemos suscribir nuestros deseos en un nuevo contrato universal si empezamos a valorar, estimar y defender el ‘Morfemavida’.