Le queda poco tiempo, y lo sabe. Ya no hay espacio para asambleas constitucionales ni leguleyadas de esas que se inventan sus áulicos. No. Él necesita algo más rápido y más drástico. Todas sus barbaridades, peleas, conflictos y bravuconadas son fríamente calculadas. Son el paso a paso para armar el caos que le justificará el camino hacia su propósito inicial. Es que no ha desistido y, por mucho que se dé cuenta de que anda disminuido electoralmente, y por mucho que se haya enemistado con Trump y el mundo, tiene muy claro, y ahora más, que su única ruta para salir incólume es siguiendo de presidente. O sea, si antes su egolatría lo impulsaba a hacer lo que fuere para eternizarse en el poder, ahora tiene muchos más motivos, y es mayor la alerta de su instinto de conservación.

Tampoco se confía en que elegirá sucesor. Aún si fuere Cepeda el malo, a quien como coherencia eligieron como candidato presidencial, muy rápido lo traicionaría y entregaría a sus enemigos. Tiene fresco el ejemplo de Santos con Uribe. La consulta era simplemente una fuente de recursos que los bobales de este país creyeron que financiando debates limpiarían el proceso, cuando en realidad lo que lograron fue encarecer las campañas: mientras más dinero tengan, más gastan. Cepeda el malo es el más ideologizado, peligroso y detestable de sus fichas. Peor para Petro, y Dios nos ampare de semejante personaje.

Petro prueba con los indígenas, con bloqueos de carreteras, con lo que sea, pero hasta ahora se lo han neutralizado. Ya verá qué inventa. Tiene claro que Trump es un tipo agresivo, pero lo de enviar unos comandos a capturar a Maduro y montarlo en un barco para llevárselo es pura paranoia venezolana, pues no va a exponer a sus “marines” a ningún accidente letal, ni a los civiles locales a alguna revuelta sangrienta. Trump esperará o fomentará el momento preciso, una revuelta intestina o alguna violenta protesta doméstica, y entonces actuará. Siempre necesitará un válido pretexto para bajarle la nota a los del partido demócrata. Igual aquí: continuará dándole rejo a Petro y sus compinches, pero rejo institucional, visas, descertificación, Lista Clinton, y otros que afecten solo a los petristas, pero esperará también circunstancias propicias para las vías de hecho. El guerrillo lo agredió directamente, y Trump no se quedará con esa. Tal cual Petro en lo suyo, Trump y su gente deben andar estudiando las fórmulas para bajarlo del poder. O sea que tiene los días contados para actuar en lo que sea que esté tramando, y lo más rápido es el caos.

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