La violencia basada en género es una de las heridas más profundas que pueden existir dentro de una relación de pareja. Aunque se habla mucho de ella en los medios y en las leyes, todavía es un problema que afecta la vida diaria de millones de personas, muchas veces sin que ellas mismas lo reconozcan. Este tipo de violencia no siempre deja marcas visibles, pero sí deja cicatrices emocionales, psicológicas y sociales que pueden durar toda la vida.
La violencia basada en género ocurre cuando una persona es maltratada físicamente, humillada o controlada por otra debido a su sexo, identidad o rol dentro de la relación. En la mayoría de los casos, afecta a las mujeres, aunque también puede presentarse hacia los hombres. Lo esencial es entender que no se trata solo de golpes o agresiones físicas: también incluye palabras, gestos, silencios castigadores, control económico o manipulación emocional.
En la raíz de este tipo de violencia está la desigualdad de poder. Cuando uno de los miembros de la pareja intenta dominar, mandar o someter al otro, se rompe la base de respeto y amor que debe sostener cualquier relación sana.
Salir de una relación de violencia no es fácil, pero es posible. Estos tips pueden ayudar:
-Reconocer el problema. Admitir que hay violencia es el primer paso. Nadie merece ser humillado, controlado o golpeado, aunque culturalmente esto todavía no está normalizado en la mayoría de las relaciones de pareja en nuestro medio.
-Buscar apoyo. Hablar con familiares, amigos o profesionales de la salud mental puede salvar vidas. La usual creencia de que los problemas de pareja solo se resuelven en pareja puede llevar a maltratos crónicos que pueden terminar en la muerte de uno de los miembros de la pareja. Hay problemas que se pueden resolver en pareja, pero hay otros problemas, más graves que requieren ser tratados con ayuda externa.
-Trazar un plan de seguridad. Tener un lugar seguro al que acudir, números de emergencia y un poco de dinero reservado puede ser vital para manejar crisis en las cuales está en peligro la vida de uno de los cónyuges.
-Recibir atención psicológica. La psicoterapia puede ayudar a sanar las heridas emocionales y a fortalecer la autoestima de los miembros de la pareja. Lo usual es que tanto la víctima como la persona violenta tengan heridas emocionales y baja autoestima.
-Denunciar. En muchos sitios existen líneas de atención y refugios para víctimas de violencia de género. Algunas personas tienen la errada idea de que denunciar a la pareja es una falta, pero la realidad es que toda persona que recibe maltrato tiene el derecho de buscar ayuda en instancias que tengan el poder necesario para protegerlas de la violencia.
@drjosegonzalez








