El sector re/asegurador atraviesa por un momento decisivo, pues los retos que enfrentamos ya no son problemas pasajeros, sino cambios profundos que están redefiniendo el papel de las aseguradoras en la economía y la sociedad. Identificarlos y gestionarlos de manera proactiva es una oportunidad para fortalecer la resiliencia de las sociedades, y ahí el reaseguro se convierte en un aliado estratégico.
La transición demográfica con un acelerado envejecimiento poblacional, y los riesgos asociados a la digitalización, desde incidentes de inteligencia artificial hasta fraudes digitales, están configurando el panorama, de acuerdo con el reporte SONAR del Swiss Re Institute. Todos estos riesgos presionan los modelos tradicionales de seguro. Y de todos ellos, el cambio climático, con los fenómenos de calor extremo y sus efectos asociados como los incendios forestales y pérdida de cosechas, es el que representa uno de los principales desafíos para Colombia y la región.
El impacto del calor extremo y sus efectos asociados ya es visible en diferentes latitudes y amenaza con intensificarse. De hecho, las pérdidas aseguradas globales por catástrofes naturales alcanzaron los 80 mil millones de dólares en el primer semestre de 2025, según estimaciones preliminares del Swiss Re Institute. Esta cifra casi duplica el promedio de los últimos 10 años y representa más de la mitad de los 150 mil millones de dólares proyectados para todo el año. Dado que la actividad de catástrofes naturales suele ser más alta en el segundo semestre, las pérdidas totales de 2025 podrían superar esa proyección, confirmando la tendencia de crecimiento anual de entre 5 % y 7 %.
En Colombia, sectores clave como la agricultura, la infraestructura, la salud y la energía ya experimentan de manera directa los efectos del cambio climático. Sequías prolongadas, inundaciones y olas de calor no solo afectan los cultivos y ponen en riesgo la seguridad alimentaria, también deterioran carreteras, presionan los sistemas de salud y reducen la productividad energética. Estas condiciones generan pérdidas humanas y económicas significativas. En este contexto, el reaseguro desempeña un papel esencial, pues permite compartir y diversificar el riesgo climático, protegiendo tanto a comunidades como a empresas frente a eventos cada vez más extremos.
La innovación, por su parte, es el vehículo que permite materializar estas soluciones. Los seguros paramétricos ofrecen respuestas rápidas y efectivas frente a catástrofes naturales, reduciendo el impacto financiero y generando mayor confianza en la utilidad del seguro. Asimismo, la incorporación de tecnología y análisis de datos fortalece la modelación de riesgos climáticos, anticipa escenarios y facilita decisiones tanto para aseguradoras como para autoridades.
No obstante, la magnitud de los riesgos supera la capacidad de acción de un solo actor. Gobiernos, aseguradoras, reaseguradoras y reguladores deben coordinarse en esquemas de cooperación que financien infraestructuras resilientes, protejan sectores estratégicos y garanticen la sostenibilidad de los sistemas de salud y pensiones. Las alianzas público-privadas son la mejor vía para alcanzar la resiliencia.
Colombia tiene ante sí la posibilidad de convertir estos desafíos en oportunidades si logra anticiparse: adaptar sus modelos de aseguramiento al cambio climático, aprovechar el reaseguro para ampliar la capacidad del mercado, impulsar la inclusión financiera y liderar con visión de largo plazo. El futuro del sector asegurador colombiano dependerá de su capacidad para combinar innovación con colaboración.
* Head Reinsurance Andean Region & Chile en Swiss Re