En este mes de septiembre tuve el honor de asistir a los dos eventos más importantes del sector agrícola e industrial de Colombia: Expo Agrofuturo en Medellín y la 21º Conferencia Internacional sobre Palma de Aceite, en Cartagena.
Ambos eventos se enfocaron en la adaptación y el crecimiento hacia un futuro sostenible en la agroindustria. Me satisface sobremanera que los empresarios de la industria de los alimentos balanceados y del aceite de palma estén ajustando sus estrategias para enfrentar localmente a la dura competencia internacional y tratar de situar sus productos en cualquier parte del mundo donde existe demanda potencial. Ellos son conscientes de que la internacionalización de la economía es un proceso creciente y a la vez imparable que afecta a todos los negocios, cualquiera que sea el sector al que pertenezcan.
Estos dos importantes sectores de la agroindustria de los alimentos del país están haciendo un enorme esfuerzo para ayudar a crecer la economía y generar riqueza en muchas zonas abandonadas por el Estado. Hacer agricultura a cielo abierto sin buenas vías de comunicación, sin servicios públicos y sin seguridad es una tarea muy difícil y costosa. Ojalá el próximo gobierno les dé una manito a estos valientes empresarios del campo.
Claramente, Fedepalma es, de lejos, el gremio más organizado del país. Cuentan con un centro de investigación (Cenipalma) para generar, adaptar y transferir conocimientos y tecnologías; una comercializadora de materias primas e insumos agrícolas (Acepalma), para vender al mejor precio las materias primas; un Fondo de Estabilización de Precios (FEP), para estabilizar el ingreso de palmicultores, y un Fondo de Fomento Palmero (FFP) para apoyar la investigación, asistencia agronómica en BPA, gestión en acceso a créditos y la comercialización de los palmicultores.
Con esta estructura organizacional, han logrado sembrar más de 600 mil hectáreas de palma con una producción que supera las 1.7 millones de toneladas de aceite, de las cuales el 78% son para atender la demanda nacional de aceites refinados y biodiesel y el 22% para los mercados internacionales. Son más de 8 mil productores de palma en 169 municipios del país, generando más de 300 mil empleos. El sector palmero es tan rentable que ha sido el único capaz de sustituir 50 mil hectáreas de coca en los corredores de Nariño, Meta y Catatumbo.
Ahora se vienen nuevos desafíos para el gremio. Se proyecta que la demanda mundial de aceites vegetales crecerá en 89 millones de toneladas en los próximos 15 años y para atender esta demanda el gremio ha enfocado su estrategia en un plan de renovación de 120.000 hectáreas, fomentar la adaptación de nuevas tecnologías e impulsar una transición generacional. Claramente, para hacer posible estos retos, es necesario que el próximo presidente de la República, asuma 5 compromisos que ha identificado Fedepalma: (i) establecer un marco regulatorio estable que brinde garantías a las inversiones; (ii) provisión de bienes sociales (vivienda, educación y salud rural) y bienes públicos; (iii) un sistema de financiamiento agropecuario eficiente y oportuno a largo plazo; (iv) una política de seguridad física y jurídica con dientes y (v) una estrategia diplomática comercial que facilite el comercio de los productos en los mercados internacionales.
*Asesor en crédito de fomento agropecuario