Ayer estuve en el foro de Petróleo, Gas y Energía en la ciudad de Barrancabermeja, organizado por Ecopetrol y la USO. Un evento que buscaba ver las perspectivas de la transición energética y la puja por la descarbonización. Escuchando a los panelistas y expositores siento una voz casi unánime muy alineada a transformar el país con la transición energética, como si la energía fuera el lugar donde hay que llegar, como si nuestro objetivo fuera la generación de energía, como si logrando producir vastas cantidades de energía solar, eólica, geotérmica o hidrógeno, tendríamos entonces un país próspero en empleo, en buenos ingresos y todo el desarrollo que se pueda pensar.
Yo quiero mostrar una visión diferente, y tengo que ser muy enfático, La energía no es el fin, la energía es el camino. Si no entendemos esto, seguiremos pensando que la transición energética sacará al país del subdesarrollo. Al contrario, debemos detenernos a pensar ¿para qué generamos energía? ¿La energía per se nos va a concentrar el empleo que necesita el país? Para responder a estos interrogantes es clave entender que la energía es un medio que nos permite producir cualquier cosa que nosotros necesitemos. No comemos energía en forma de electricidad o en forma de petróleo, gas o carbón, la consumimos en las comunicaciones que tenemos a diario, en los equipos de salud que conectamos, en el transporte que nos lleva los alimentos y todos los insumos de la vida diaria, incluso la consumimos en los paneles solares que fabricamos con energía fósil para alimentar eléctricamente las zonas no interconectadas.
Con lo anterior, podemos entonces decir, que el desarrollo del país no va a depender de la energía per se, sino lo que hagamos con ella. Esto nos lleva directamente al desarrollo industrial, del que se desprenden los sectores más empleadores en el mundo, como el sector de servicios, que incluye la logística y el transporte, alojamiento, servicios de comidas, la administración pública, y por otro lado está el sector industria, fabricante de todo lo que tenemos hoy en día.
Si la transición energética se sigue haciendo como está planeada, el país en materia de desarrollo económico y empleabilidad no avanzará absolutamente nada, porque si la energía no se acompaña con un transformador, alguien que lo convierta en un servicio, prestado, en un equipo, una herramienta o maquinaria fabricada, no sirve para avanzar. Nos quedamos en un simple reemplazo de tipo de energía, pero seguiremos dejando al país y a la gente en la pobreza, sin oportunidades de crecer y forzados a migrar.
Observatorio de Transición Energética del Caribe OTEC – Universidad Areandina