El turismo en Colombia ha demostrado ser un motor económico en ascenso. En 2024 aportó cerca de $49,2 billones, con un crecimiento del 5,6% frente al año anterior, y la llegada de visitantes no residentes superó los 4,4 millones. Este dinamismo ha impulsado nuevas modalidades de hospedaje, donde las rentas cortas y vacacionales se consolidan como alternativa atractiva para turistas y como una oportunidad de inversión inmobiliaria.

En complemento al sector hotelero tradicional, las rentas cortas ofrecen flexibilidad, variedad de opciones y una experiencia personalizada. Para los inversionistas, han significado rentabilidades altas, diversificación del portafolio y mayor control sobre la propiedad. Sin embargo, no es un mercado exento de retos: la regulación local aún es incipiente, la competencia es creciente y la gestión profesional de las propiedades se convierte en un factor crítico de éxito.

Barranquilla no es ajena a esta tendencia. Hoy cuenta con cerca de 975 inmuebles activos en plataformas como Airbnb, Booking o VRBO, con un precio promedio de $169.000 por noche y estadías que rondan los tres días. No obstante, la ocupación apenas alcanza un 30% en promedio, lo que evidencia tanto las dificultades del mercado como el margen de oportunidad que tiene la ciudad para consolidarse como un destino competitivo en este segmento.

¿Qué significa esto para el inversionista local? Primero, que la rentabilidad no depende únicamente de tener un inmueble en oferta, sino de la capacidad para administrarlo y comercializarlo de manera efectiva. La estrategia de fijación de precios frente a la competencia, la calidad del servicio ofrecido y la visibilidad en las agencias de viajes online marcan la diferencia entre un negocio exitoso y uno rezagado.

Segundo, si bien la ciudad ha avanzado enormemente como destino turístico aún tiene un camino por recorrer. La promoción de Barranquilla más allá de la temporada del Carnaval, el fortalecimiento de su oferta cultural, gastronómica y de negocios, y la articulación público-privada para atraer visitantes internacionales son tareas en curso que repercuten directamente en el desempeño de este mercado.

En conclusión, las rentas cortas en Barranquilla representan un mercado en ascenso, con gran atractivo pero también con riesgos si no se aborda con visión estratégica. La clave está en profesionalizar la gestión, aprovechar las herramientas digitales y participar activamente en la construcción de un ecosistema turístico más robusto. Los inversionistas que sepan leer estas señales estarán mejor posicionados para convertir la oportunidad en resultados tangibles.

* Directora ejecutiva Corporación Lonja de Propiedad Raíz de Barranquilla

@KeliPuche