A raíz de mi pasada columna titulada “Soñar no cuesta nada” recibí más mensajes que cuando el tema es más realista, o político, que no es mi fuerte. El tema de un Metro ligero o tranvía para Barranquilla, más complejo, o por lo menos a mayor plazo, despertó cantidad de comentarios positivos, obviamente con los negativos de los ya consabidos contra-vías y de los que detestan que a Barranquilla le vaya bien. Que afortunadamente son la inmensa minoría.
Respondiendo a tanto interés consideré apropiado continuar con el tema y hacer públicas algunas inquietudes sobre este, el de la posibilidad de un Metro ligero o de un tranvía para nuestra ciudad, ambas opciones, Metro o tranvía, que sería elevado, que no es otra cosa que construir un tablero a manera de calzada con rieles montado sobre unos soportes equidistantes cuya parte visible asemeja una T con una robusta columna central, calzada elevada que no es para carros, buses o camiones sino para el Metro o tranvía con sus vagones articulados. Las estaciones intermedias, también aéreas, requerirían mayores espacios laterales cubriendo parcialmente en esos puntos específicos tramos de calzadas de nuestra malla vial.
Se trata de un sueño posible sobre todo mientras esté vigente la Ley 2294 de 2023, específicamente en su artículo 173 que establece la cofinanciación de hasta el 70% por parte de la Nación para la construcción de Sistemas de Transporte Masivo en ciudades como Barranquilla. Nuestro Transmetro se financió de acuerdo a la Ley 310 de 1996, que ofrecía una posibilidad similar en cuanto a porcentajes: Nación: 70%, Municipio o Distrito: 30%. Y es que resulta absurdo desaprovechar oportunidades como esta porque cualquier día se deroga esa Ley y entonces sí sería imposible.
Como “soñar no cuesta nada” yo sigo con el mío: Imaginar una Barranquilla con Metro. Resulta que hoy China está muy interesada en participar en proyectos de desarrollo en países como Colombia, y cuenta con empresas especializadas en este tipo de transporte. Por ejemplo, la empresa china BYD con sede en Shenzhen diseñó un sistema de monorraíl elevado con el que quiere revolucionar la movilidad en las ciudades. Se llama SkyRail, y su principal atractivo, según los fabricantes, es que su construcción cuesta la quinta parte de una línea de Metro y se construye en una tercera parte del tiempo, ahorro que logra con su tecnología de punta. Si esa afirmación de los fabricantes es cierta y la Nación aportara el 70%, ¿Qué razones habría para no agilizar este tipo de proyectos mediante una concesión a largo plazo?
Los positivos cambios de los últimos años muestran hoy una ciudad muy distinta. ¿Pero una Barranquilla con Metro? No es tarea para soñadores sino para ejecutores, ¡Y hoy tenemos un alcalde que sabe ejecutar!
@nicorenowitzky