La lectura es la forma más sencilla, rápida y económica de adquirir cultura. La política, definida como el arte de gobernar, se ha convertido en el arte del engaño, de la mentira y de la corrupción.
Quienes ejercen la política saben que la forma más fácil de engañar, dominar y manipular es manteniendo a los electores en la cochina ignorancia. El peor enemigo de la lectura son los políticos. Si el pueblo lee y se educa, ejercerá el control político y social que le impone la Constitución y la ley, que actualmente ignoramos, desconocemos o no nos interesa apropiarnos de él.
Imaginar un país de lectores, de ciudadanos cultos, conocedores de sus derechos y deberes, respetuosos de la ley, que eligen políticos honestos; convertiría a Colombia en un país con una calidad de vida superior a la de Suiza.
La lectura es el arma más poderosa en manos del pueblo. Los políticos tiemblan solo de pensar cómo sería si los electores conocieran la ley, la Constitución y fueran políticamente y cívicamente más educados; no habría lugar para discursos populistas.
Para mejorar la educación hay que aumentar el hábito de la lectura. Mientras no nos eduquemos, seremos idiotas útiles al servicio de la corrupción y estaremos sometidos en la pobreza, a la desgracia y a la violencia.
Primero debemos acabar con la ignorancia, y los políticos corruptos se acabarán solos.
Un pueblo en la ignorancia es seducido por las promesas de un político bandido. El pueblo pone el voto; el político, se alza con el botín. El pueblo aguanta hambre; el político disfruta del festín.
Los hijos de los políticos son vestidos, alimentados y educados con los recursos de los más necesitados. Hay quienes perecen por falta de medicamentos y quienes, con dineros del Estado, se dan una vida sin padecimientos.
La falta de educación hace fácil el camino al político ladrón. El más corrupto de los contratistas, tiene como pareja, a una congresista, quien se robó el dinero de los contratos y es tratado como un caballero por una sociedad podrida, nefasta e inculta.
¡Si no nos educamos, seguiremos siendo esclavos de la ignorancia, la corrupción, la violencia y de nuestra propia inconsciencia! Un pueblo que no lee, que no estudia a fondo sus decretos, su Constitución, mantiene los ojos vendados.
Sin lectura, no hay cultura y la cosa se pone dura.
@lavozdelderecho