Continuando con esta seguidilla de columnas en las que mostramos adelantos de los resultados de nuestro Atlas Mundial de la Huella Mineral de la Transición Energética (próximo a publicar), vamos hablar hoy del aluminio.
La producción mundial de aluminio en el mundo en 2024 llegó a 73 millones de toneladas, con un rol geopolítico sumamente importante, debido a que el 60% de este mineral es extraído por la potencia mundial creciente, China. El aluminio tiene múltiples usos por sus propiedades de resistencia, conductividad y bajo peso, pero en este caso vamos a mencionar la necesidad de aluminio para la fabricación de paneles solares y turbinas eólicas en el escenario de transición energética propuesto por la IRENA para 2050, donde el 33% de la energía vendrá del sol y el viento.
Como no tenemos el espacio para mencionar la necesidad mineral de todos los países, solo vamos a tomar las 5 mayores potencias mundiales: China, Estados Unidos, India, Japón y Alemania. Es importante recalcar que este cálculo da la necesidad mineral (en este caso aluminio) solo para la construcción de paneles y aerogeneradores, no incluye aluminio para ningún otro uso. Sumado la necesidad mineral de estas principales potencias, tenemos que, se requerirían 67 millones de toneladas exclusivamente para transición energética. Esto es el 92% del aluminio que se produce actualmente para múltiples usos. Además, para producir esta cantidad de aluminio se deben remover 160.6 millones de toneladas de material (roca) estéril.
Un dato que no es nada menor, en el proceso de refinación del aluminio, solo para el proceso de reducción de la alúmina nos consumimos cerca de 13.8 KWh por tonelada (imaginemos para reducir 67 millones de toneladas). Recordemos que mayoritariamente esta energía se basa hoy día en carbón o gas, aunque ya existen nuevas formas de refinar aluminio con menor impacto.
Aterrizando en Colombia, es importante preguntarnos, qué pasará en el futuro energético del país si los recursos minerales de los cuales dependería nuestra seguridad y soberanía energética en el futuro en escenarios de transición, no los producimos nosotros, sino que dependeríamos de países productores y desarrolladores de estas materias primas y de tecnologías.
Esto es un indicador cada vez más claro de la importancia de la minería para el país, pero también nos está diciendo sobre la importancia de los combustibles fósiles en los procesos de transformación y refinación de los minerales para la fabricación de la infraestructura de las energías renovables. Y reafirma, lo equivocada que están las políticas del país en materia mineroenergética, llevándonos de manera contraria a lo que realmente necesita la transición energética. Nuestra Transición no puede ser la de la importación porque nos quita seguridad y soberanía energética, debe ser la de la industrialización del sector mineroenergético que generemos valor en nuestro país y podamos construir nuestra propia infraestructura renovable.
Director Observatorio de Transición Energética del Caribe OTEC – Universidad Areandina.
@amatzuluaga1