El actual jefe de despacho de la presidencia de la república Alfredo Saade Vergel, quien se autodenomina “pastor”, desde su llegado a palacio, se ha mostrado como un leal escudero del presidente Gustavo Petro, cabe resaltar que los hechos han demostrado que los aleados del presidente de los colombianos, terminan convirtiéndose en detractores de sus decisiones. Solo debemos recordar la larga lista de los ministros y consejeros que han pasado por el gabinete.

La llegada del “Pastor” Saade Vergel, me hace reflexionar sobre un gobierno que ha hecho coaliciones con personajes que encarnan al mismo demonio, para poder llegar al poder que hoy ejercen y tratar de mantenerse en él, en medio de una difícil situación de orden público y a punto de perder todo el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, con quien cada vez la situación es mas tensa por cuenta de los pronunciamientos desatinados e inapropiados que realiza el presidente de la república.

Alfredo Saade, me motiva a transcribir el fragmento de mi libro Recitaciones Imprecatorias. Dedicado a quienes se autoproclaman como pastores y profetas:

Falsos profetas y pastores de mentira,

los peores criminales conocidos en la vida.

Convirtieron la fe en un negocio vil;

por unas monedas prometen el alivio

a quien se rinde a su adoración febril.

No conocen la compasión,

juzgan y amenazan al ignorante y necesitado,

que cae en la trampa de un apostolado fabricado.

Sus almas serán devoradas por llamas eternas,

han mercantilizado lo sagrado,

no hallarán paz, su maldad será condenada;

se han igualado al creador con alevosía y sin pena.

La ira de Dios caerá sobre ti, sobre tu familia.

Cada joya, viaje y extravagancia que compraste

con la plata de los diezmos que a los ingenuos robaste.

Tu avaricia no quedará sin respuesta,

la justicia llegará, inexorable y certera.

Escogiste el peor de los caminos, la fe no es un negocio

y Dios no necesita de ningún socio.

Los falsos profetas y pseudoactores

¡de todas las ratas son los peores!

No son profetas.

Con la palabra sagrada de nuestro Señor

delinquen en su nombre, en nombre de Dios.

Farsantes, arrogantes,

robando los diezmos al ignorante.

Con ropa de marca y casa de lujo, ¡te crees profeta!

La salvación no se vende, impostor mentiroso.

Eres un delincuente, una rata, un fraude en la fe.

¡Abominable embustero, abusador, mentiroso!

Usas lo sagrado para justificar lo que has robado.

Los hombres de Dios no se dedican a la política, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, ¡los falsos pastores si lo hacen!

En estos momentos de crisis, los colombianos debemos unirnos, tomar decisiones que permitan elegir al próximo presidente de la republica de manera objetiva y no dejándonos llevar por el populismo y el frenesí que nos ha impulsado a cometer los errores del pasado.

@lavozdelderecho