Me formé como Médico Cirujano en una de las mejores facultades de medicina que he conocido en Colombia, la Universidad del Cauca, en Popayán. Fui muy afortunado en mi formación por haber sido alumno de un grupo de médicos que nos enseñaron, en una relación docente/discente respetuosa y afectiva, a amar la medicina mientras nos preparaban para servir en un enfoque bio-psico-social, el paciente y sus circunstancias.

En el desarrollo de mi vida profesional he podido conocer médicos de casi la totalidad de facultades de medicina del país y puedo decir a boca llena que el médico colombiano formado en las escuelas de medicina de Colombia es muy bueno, está muy bien formado en todas las especialidades.

Hubo una época en que trabajábamos como médicos en un wonderland en el que le resolvíamos la vida al paciente en todos sus aspectos, por encima de todas las dificultades del hospital o puesto de salud. Recuerdo que había una entidad a la que llamaban el Instituto Colombiano del Seguro Social que, con sus más y sus menos, nos apoyaba y resolvía. Me dijeron que lo desfalcaron y por esa razón se acabó.

Tiempo después, en su remplazo fue creado un monstruo al que llamaron Ley 100 que hizo de la medicina el mejor negocio en el país: privatizarla y darle sus beneficios a un grupo de personas que no aportaron un peso en nuestra profesión y hoy lucran con nuestro trabajo ganando billones y a los médicos nos pagan una bicoca, una miserableza en comparación con nuestro esfuerzo. Los pacientes también se vieron afectados con la privatización a unos niveles en que se nos irrespeta a ambos con locuras como que una secretaria de una EPS me manda a decir que debo cambiar mi diagnóstico para poder entregar un medicamento a un paciente. Sin comentarios.

Y todavía hay personas en este país que sostienen que este es el mejor sistema de salud del mundo. No los comprendo, no sé qué realidad viven o, quizás, no les ha tocado.

Es claro que se necesita una reforma a la salud porque esta ley va a seguir así de la lesiva para los pacientes y los médicos, la pregunta es qué es lo que se va a reformar. Me abstuve de seguir leyendo lo que con frecuencia aparecía acerca de las reformas porque cada vez era una cosa diferente. Así que esperaré el articulado final firmado para enterarme de qué tan jodidos -disculpen el español bien hablado- vamos a quedar los pacientes y los médicos.

Pregunta a los padres que quieren que sus hijos sean médicos: ¿en cuántos hospitales, clínicas o puestos de salud tendrá que trabajar un médico recién salido para ganarse un sueldo medianamente digno para la supervivencia profesional?

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