Circula la versión entre grandes e importantes espacios del país de que cuando el nuevo Ministro de Defensa General retirado Pedro Sánchez se fue a posesionar le dijo al Presidente de la República que le solicitaba respaldo total para rearmar y modernizar a las Fuerzas armadas, porque de lo contrario no podría aceptar el honor que le conferían, ya que estas Fuerzas estaban débiles, con equipos obsoletos, en razón a la transferencia de ellas presupuestales para otras entidades del gobierno. Y que la respuesta fue afirmativa del Presidente. Cierto o no es que desde que llegó a su despacho el General Sánchez las cosas cambiaron no solamente en la agilidad para persecución, búsqueda, encuentro y detenciones de delincuentes, sino a los reforzamientos económicos presupuestales para el armamento y equipos, naves, inteligencia.

Las Fuerzas Armadas son un orgullo de nuestra Patria junto con la Policía. ¡Necesitan de todo el apoyo de la ciudadanía! Por eso cuando se inició este gobierno actual nacional y como saludo se ordenó la baja o retiro de más de sesenta Generales y Almirantes, el país se alarmó. Después, enseguida la Presidencia en su locura de la Paz Total inició un inigualable encuentro con la delincuencia con la sombrilla de los diálogos. Todo esto condujo a la impunidad, al descaro de los delincuentes que aprovecharon esta iniciativa equivocada y pueril de la Presidencia para reforzarse.

De este modo el país entró en una etapa de doblamiento de los atracos, delitos, masacres, atentados contra nuestras armas y abandono de aviones y helicópteros. Lo último, apoyado por la ruptura de relaciones con Israel, otro disparate que tiene en bodega muchas naves y mucho armamento desueto. El delito se multiplicó nacionalmente y la guerrilla, la delincuencia creyó estar premiada y como tal actuó hasta el exterior a ser invitada a acompañar al Presidente a la tarima especial en Plaza pública a la manifestación en Medellín.

Afortunadamente parece que todo está cambiando y aún cuando un poco tarde se anuncia revisión de las naves y el potencial aéreo, armamento personal para su actualización y equipos de inteligencia para revisión y modernización, que vendría a iniciar la etapa que se exige ante el auge delincuencial y el avance de la criminalidad. Sin respaldo técnico no puede haber represión militar ni de policía. Todo lo descrito parece ser el caballito de batalla del nuevo Ministro de Defensa General Sánchez a quien el país complicado le da las gracias. Es magnífico que alguien de su alto rango aterrice en una realidad cruda que la cabeza del gobierno no ve ni acepta por estar pendiente de sus trinos caóticos.