El nuevo filme del escritor y director francés Alain Guiraudie, - conocido por Stranger by the Lake, ganadora de múltiples premios - sigue a Jérémie (Félix Kysyl), un enigmático personaje que regresa al pueblo de Saint-Martial tras una década de ausencia para asistir al funeral de su antiguo jefe. Su intención inicial es marcharse de inmediato, pero pronto queda claro que sus planes son otros, y decide quedarse un tiempo con Martine (Catherine Frot), la viuda del pastelero.

Movido por la curiosidad y los reencuentros con figuras del pasado, cada una reflejo de distintos aspectos de sus relaciones personales, Jérémie emprende un recorrido por este rincón rural cargado de memorias y tensiones soterradas. Su primera confrontación es con Vincent (Jean-Baptiste Durand), hijo de Martine y su mejor amigo de la infancia. Vincent desconfía de la cercanía entre Jérémie y su madre, así como del vínculo que lo unía al difunto padre, y sospecha de su aparente interés en quedarse con la pastelería familiar.

Misericordia aborda múltiples temas y, dentro de su tono dramático cargado de una constante tensión homo-erótica, se desliza un humor sutil que interpela constantemente al espectador. Las relaciones personales son ambiguas, marcadas muchas veces por lo que no se dice, por las barreras morales y sociales. Para Guiraudie, sin embargo, no hay temas prohibidos: se permite explorar ese mundo oculto con libertad, como lo ha hecho en otros trabajos de fuerte contenido LGBT.

Uno de los personajes más memorables es el cura del pueblo (Jacques Develay), quien protagoniza un monólogo fascinante sobre el papel de la justicia en un mundo corrompido por la ambición y el poder. La película sugiere que ciertos crímenes podrían no ser otra cosa que respuestas al deseo reprimido, como se aprecia en la reacción agresiva de Walteer (David Ayala), un personaje de presencia desconcertante.

Además de los diálogos, que mantienen la tensión en todo momento, se destaca la cinematografía de Claire Mathon, capaz de transformar los paisajes rurales en metáforas visuales de los enredos afectivos que el filme retrata.

El juego entre la vida y la muerte, entre lo moral y la justicia, se pone en cuestión de forma constante. Por momentos, la cinta se transforma en un thriller; en otros, en una sátira que retrata la idiosincrasia de un pequeño pueblo donde, como en Teorema de Pasolini, la llegada de un forastero trastoca el equilibrio íntimo de quienes lo rodean.

Misericordia se presenta en plataformas digitales.

@GiselaSavdie