Se dice que hay dos momentos claves en las vidas de nosotros los seres humanos, cuando nacemos y cuando descubrimos para qué nacimos, para qué vinimos a este mundo, en términos más profundos, cuando descubrimos nuestra misión y nuestro propósito. El propósito es lo que da significado a nuestras vivencias y el que motiva nuestras acciones, es la razón por la que sentimos que vivimos, es lo que nos apasiona y amamos hacer. Ese verdadero significado es el que aparece cuando hacemos una contribución al mundo, causando un impacto en la vida de otros y conectando con el sentido de la trascendencia, que se traduce en la necesidad de dejar una huella a nuestro paso.
Nuestro propósito está íntimamente ligado con nuestro sello personal, nuestras habilidades, nuestros dones y talentos que nos fueron dados e incluso con nuestra historia personal y con nuestras experiencias vividas.
¿Pero, de qué manera podemos descubrir el propósito de cada uno de nosotros? No hay una sola respuesta verdadera ni única pero sí existen algunas claves que nos permiten conectar con ese propósito único y personal. Esas claves vienen de nuestra zona de brillo, que es el área en la que nuestras habilidades naturales y capacidades se juntan con nuestra vocación o pasión.
Nuestras habilidades son ese conjunto de talentos que vienen con nosotros desde el momento en que nacimos, aquellas cosas que hacemos de forma natural y por encima del promedio de las personas a nuestro alrededor y que al multiplicarlas con nuestro esfuerzo se convierten en nuestra fortaleza. Una vez las identifiquemos, definamos cuáles disfrutamos y con cuáles obtenemos el mejor beneficio. Hagamos preguntas a personas cercanas con las que convivimos a diario, personas objetivas y que pueden percibir cosas de nosotros que ni siquiera las habíamos visto hasta ahora: ¿para ti cuáles son mis tres mayores talentos? ¿Qué cosas ves que disfruto hacer?
Cuando descubrimos ese propósito personal y lo vivimos apasionadamente, nuestra vida tendrá más sentido, sin embargo, muchas personas aún creen que vivir con esa pasión sólo está reservado para algunas personas importantes o para algunos tipos de personalidad en específico; obviamente que no es así, todas, absolutamente todas las personas tenemos las capacidades de conectar con una actividad u ocupación que nos resulte muy apasionante, que nos permita vivir plenamente y lograr obtener buenos dividendos.
Encontrar ese significado o propósito puede ser como armar un rompecabezas, en el que cada pieza adquiere un significado único para darle sentido al cuadro completo, y tú, ¿ya descubriste tu propósito?