El salario mínimo para 2025 nuevamente se ha convertido en un tema central de discusión, pues su incremento no solo impactaría los ingresos mensuales de aproximadamente 3.3 millones de colombianos, sino también otros temas económicos, como los precios y tarifas de servicios esenciales que siguen indexados con este indicador.

La comisión de concertación, liderada por la ministra de Trabajo, que reúne a representantes del gobierno nacional, centrales obreras y gremios empresariales, es el escenario apropiado, siguiendo el espíritu del tripartismo, donde se debaten las diferentes propuestas orientadas a lograr un acuerdo eficaz para un incremento sensato del salario mínimo.

El Ministerio de Hacienda en su momento había señalado que el incremento debe incorporar el dato oficial de inflación, el cual llegó a 5.2% en noviembre. Desde una perspectiva técnica no se han observado diferencias del sector empresarial con ese enfoque, aunque sí han hecho cuestionamientos a las cifras de productividad reportadas por el DANE -por no reflejar la realidad macroeconómica- lo que podría dificultar un acuerdo para un alza entre el 6.2% y el 6.5%. El sector sindical, liderado por la CUT, ha sido enfático al fijar su petición de un incremento de dos dígitos; es decir, de 10% o más.

Tanto el presidente de la ANDI como el de Fenalco han reiterado que el sector empresarial atraviesa un mal momento, y que, con la excepción de los cafeteros, la industria en general ha caído y el comercio no ha tenido un buen año. Por su parte, Fedesarrollo ha sostenido que no es conveniente un incremento de dos dígitos pues se podría reflejar en incremento del desempleo, dado que las empresas tendrán que disminuir esos mayores costos, o trasladarlos al consumidor final. El Banco de la República ha recomendado ser moderados y cuidadosos.

Seguramente las centrales obreras no harán esfuerzo alguno para concertar un incremento razonable del salario mínimo y no se moverán un ápice de su petición inicial pues saben que al final el gobierno lo hará a su antojo por decreto, tal como ha ocurrido en los dos años anteriores.

Nuevamente el presidente Petro golpeará a la empresa privada. En su momento manifestó que, gracias a su terquedad, “en los años anteriores subió el salario mínimo por encima de lo que los empresarios y periódicos pidieron”

La mayoría de los colombianos esperamos que al final se imponga la sensatez y se concerte un incremento que proteja el poder adquisitivo de los trabajadores y se preserven las condiciones económicas que garanticen la sostenibilidad de las empresas que generan el empleo.

@AELopezP