Compartir:

Dos niñas indígenas nasa, de 14 y 15 años, que acababan de ser rescatadas del Estado Mayor Central (EMC), la principal disidencia de las Farc, fueron nuevamente capturadas por otro grupo del mismo frente armado en el suroeste del país, denunció este jueves el Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric).

Lea: ¿Cómo ascendió alias Faiber dentro de la estructura de Iván Mordisco? Este es su prontuario

Según precisó el organismo en un comunicado, la guardia indígena acababa de rescatar a las dos menores de edad que habían sido reclutadas por el EMC, cuando cuatro hombres “fuertemente armados” los interceptaron, paralizando la “comisión humanitaria” y volviendo a reclutar a las dos niñas.

El Cric denunció que los disidentes además “hurtaron el vehículo de protección asignado” a la guardia indígena, agredió “física y psicológicamente a los familiares de las menores” y disparó contra los miembros de la guardia indígena.

Lea: Luis Alberto Rendón, padre de Greeicy, habló del millonario robo en la finca: ‘Tenían actitudes sospechosas’

El ataque se produjo el miércoles en el corregimiento de Timba, en el departamento del Valle del Cauca, una zona donde operan diferentes estructuras del EMC y otros grupos armados ilegales.

La Defensoría del Pueblo solicitó este jueves al Estado promover “acciones que permitan proteger la vida, autonomía, autodeterminación y labor humanitaria que ejercen las autoridades étnicas en el territorio”.

También pidió al Gobierno impulsar acciones “que permitan el retorno con vida de los menores de edad víctimas de reclutamiento a su territorio, quienes actualmente se encuentran bajo el poder del grupo armado organizado”.

Lea: Al menos 123 menores han sido reclutados por grupos armados en lo que va del 2025 en Colombia

“Estos hechos constituyen una infracción evidente al Derecho Internacional Humanitario, especialmente al principio de distinción, según el cual los ataques deben ser dirigidos únicamente contra los combatientes y no contra la población civil”, añadió la información.

El suroeste de Colombia es escenario recurrente de ataques y enfrentamientos entre grupos armados ilegales, como las disidencias de las Farc y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).