Se siguen conociendo detalles del caso Valeria Afanador, la niña de 10 años con síndrome de down que había desaparecido el 12 de agosto en el municipio de Cajicá, Cundinamarca, y cuyo cadáver fue hallado el 29 del mismo mes en el río Frío. Esta vez salieron a la luz pública los mensajes que intercambiaron los profesores del colegio Gimnasio Campestre Los Laureles Bilingüe cuando se percataron de la ausencia de la menor.
Lea: Presidente Petro pide investigar a colegio donde estudiaba la niña Valeria Afanador

El diario capitalino ‘El Tiempo’ tuvo acceso a un acta que contiene la imagen del chat entre los docentes. El primer mensaje sobre la desaparición de Valeria Afanador fue enviado a las 11:14 a. m. del martes 12 de agosto.
“Buen día, ¿alguien ha visto a Valeria Afanador? Los niños están corriendo buscándola y dicen que no aparece por ningún lado”.
Pasados dos minutos un profesor respondió: “Normalmente se va al salón donde Mr. Diego tiene los materiales”.
Ocho minutos después otro advirtió: “No aparece”, acompañado de un emoji de llanto.
A las 11:25 a. m. otro docente escribió: “Ella no llegó a clase de Sound Art... estará cerca al salón de música?”.
Cinco minutos después una profesora alertó: “En los edificios no está. Preescolar tampoco”.
Según la directora de grupo de Valeria, las alarmas de evacuación por su desaparición sonaron a las 12:00 del mediodía, casi una hora después de que notaran su ausencia.
Lea: Equipo élite de la Dijín investigará la muerte de Valeria Afanador: director de la Policía Nacional
Al registrar las cámaras de seguridad, las directivas del colegio observaron que Valeria Afanador ingresó hacia las 10:30 de la mañana a la zona de arbustos “cercana a la reja que colinda con el sector del río Frío” y no regresó.
Las autoridades y la familia de la niña fueron informados de la situación y se desplegó una intensa búsqueda que tuvo un lamentable desenlace 18 días después.
La Fiscalía General de la Nación detalló que el cuerpo de la menor fue encontrado “por un campesino de la zona” en un sector conocido como Fagua, en zona rural de Cajicá.
El dictamen de Medicina Legal, conocido el lunes 1 de septiembre, determinó que “la menor de edad murió por ahogamiento o sumersión en medio líquido. La niña aspiró e ingirió agua y residuos de pantano encontrados en su estómago y vías respiratorias”.
Asimismo, arrojó que los “cambios cadavéricos” se aproximan al mismo período de tiempo de su desaparición, que “no se encontraron signos de violencia física en el cuerpo”, hallado en las aguas del río Frío, adyacente al colegio donde estudiaba, y que “sus prendas de vestir no tenían desgarros ni cortes”.
Sin embargo, el abogado de la familia de Valeria Afanador, Julián Quintana, aseguró en su cuenta de X que el Instituto de Medicina Legal también encontró “escoriaciones” en el cuerpo de la niña.
“Según Medicina Legal, el cuerpo de Valeria presentaba escoriaciones en el tórax y una mano, causadas antes del homicidio. Aunque no eran mortales, sí son claves para esclarecer cómo se produjo la muerte”, escribió.
Este viernes 5 de septiembre se conoció que se ha ordenado la práctica de pruebas de ADN a todo el personal que labora en el Gimnasio Campestre Los Laureles en Cajicá.
La intención de las autoridades es determinar si en la escena del crimen estuvo presente un tercero.
La Fiscalía General de la Nación detalló que Medicina Legal adelanta la recolección de muestras biológicas en distintas zonas del cuerpo de la niña, con el fin de establecer si existieron rastros genéticos de otra persona en el lugar hallazgo.
En el colegio también se están recopilando pruebas, mediante un levantamiento detallado del sitio donde fue encontrada Valeria.
Por ahora la hipótesis de la participación de un tercero se mantiene abierta, y los resultados de los análisis biológicos se convierten en una pieza fundamental para avanzar en la investigación.