A lo largo del año, el cielo ofrece espectáculos astronómicos como los eclipses, que pueden ser solares o lunares según la posición de la Tierra respecto al Sol y la Luna.
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En el caso del eclipse lunar, este ocurre cuando el planeta se ubica entre el Sol y la Luna, proyectando su sombra sobre el satélite natural. Este fenómeno puede teñir la superficie lunar con un tono rojizo, motivo por el que se le conoce popularmente como ‘luna de sangre’
En este nuevo año 2025, el fenómeno volverá a ocurrir. Según la NASA, el próximo 7 de septiembre el mundo presenciará un eclipse lunar total, aunque su visibilidad dependerá de la ubicación geográfica. El Instituto Geográfico Nacional de España detalla que la fase total durará alrededor de una hora y 22 minutos, mientras que la fase penumbra será de cinco horas y 27 minutos.
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El hecho comenzará a las 3:28 de la tarde (10:28 de la mañana en Colombia) y finalizará hacia las 8:55 de la noche. Su punto máximo se registrará a las 6:12 p.m., es decir, a las 1:12 de la tarde en Colombia. Sin embargo, no todas las regiones podrán disfrutarlo, será visible principalmente en Europa, Asia, África y Australia. En América, incluida Colombia, no se podrá observar.
Ente los países que lo verán en su plenitud se encuentran Rusia, India, China, Irán, Indonesia y gran parte de Arabia Saudita.
Asimismo, más de 7.000 millones de personas en el mundo podrían apreciar la ‘Luna de Sangre’ en el mes de septiembre.
En cuanto a su característico color, aunque suele describirse como rojo intenso, la tonalidad puede variar entre amarillo y naranja, por lo que no siempre es tan rojiza como indica su nombre.
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La Astrónoma Beatriz García, directora de Observatorio Pierre Auger en Argentina, explico a National Geographic. Que este efecto se produce porque la luz del Sol atraviesa la atmósfera terrestre, que dispersa y filtra la radiación, modificando así el color que percibimos en la Luna
“La Tierra se posiciona entre el Sol y la Luna, pero por el borde del planeta, la radiación que llega del Sol interactúa con la atmósfera, y dicha luz, a la que llamamos ‘blanca’ y está formada por todos los colores, también interacciona con las moléculas del aire, dispersándose y cambiando de dirección”, expresó García.