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Hace aproximadamente ocho meses, la historia se partió en dos. Tras una decisión del Consejo de Estado de declarar nula la ordenanza 000075 del 16 de diciembre del 2009, que fijaba los límites entre Barranquilla y Puerto Colombia, el Corredor Universitario pasó a convertirse en una zona de disputa entre ambas entidades territoriales.

Por este motivo, el conflicto limítrofe viene librándose en unas audiencias públicas con el Instituto Geográfico Agustín Codazzi desde el pasado mes de mayo, en las cuales se han recopilado datos históricos, geográficos y técnicos de cada uno de los territorios que reclaman el control sobre las 1.402 hectáreas de la zona.

Sumado a esto, el Igac también realizó hace unos días unos recorridos por la zona en disputa para conocer las líneas divisorias que plantea tanto el municipio de Puerto como el Distrito de Barranquilla, y así redactar un informe oficial para el Congreso de la República.

Dicho esto, desde Puerto Colombia hay plena confianza en mantener los límites actuales entre ambos territorios y no perder un “centímetro” más de tierra con Barranquilla.

Los argumentos de Puerto

Juan Barrero Berardinelli, representante jurídico de la Alcaldía de Puerto Colombia en este proceso limítrofe, declaró que: “Puerto no quiere quitarle ninguna zona a Barranquilla, solo quiere mantener su soberanía actual sobre el Corredor, pero en las visitas que hicimos con el Igac a la zona comprendimos que lo que plantea el Distrito es completamente diferente a la línea que tenemos, no hay coincidencia ni punto de conciliación al respecto”.

En esa misma línea, Marcos Rojas, ingeniero del equipo técnico de Puerto Colombia, explicó que la línea divisoria que plantea el municipio tiene como punto de partida la ordenanza 030 de 1913, en la cual algunas zonas de la ciudad como el Ecoparque Mallorquín y las playas de Puerto Mocho estarían en soberanía de los porteños.

“El documento concluye que el Corredor Universitario es el sector comprendido desde aproximadamente las playas de Puerto Mocho (Ciénaga de San Nicolás) sobre el borde occidental del dique direccional hasta la intersección de la Circunvalar de la Prosperidad (antes vía a La Playa) con la Calle 13 del Barrio Las Flores (antes Caserío de Ciénaga Grande), desde aquí en sentido nororiental hasta la Glorieta de Las Flores, y se toma dirección suroriental hasta el intercambiador que conecta la calzada occidental de la Circunvalar con la calzada norte de la Vía al Mar (Pie de Sierra Vieja)”, comentó.

Agregó que “desde la calzada norte de la Vía al Mar, la línea divisoria entre Puerto y B/quilla sigue en línea recta hasta el Pelú donde el arroyo León de Barranquilla tributaba en el Arroyo Grande. Es decir, lo que hoy llaman Ciénaga de Mallorquín, que en realidad es la unión de la Ciénaga de San Nicolas, la Ciénaga Grande y la Ciénaga de Playa, porque la verdadera Ciénaga de Mallorquín quedaba al norte de las playas de Puerto Mocho y sería parte de Puerto Colombia”.

De esta manera, Rojas fue enfático en que: “hay una diferencia amplia en las líneas divisorias de ambas ciudades y es que, si fuera por el contexto histórico, Barranquilla llegaría solo hasta un poco después del Buenavista, en el sector de la Castellana, por el complejo de Parque Raquetas, pero como la morfología de suelos ha cambiado se ceden unos cientos de metros y en eso nos basamos para construir nuestra línea”.

Sumado a esto, precisó que los límites planteados se cruzan en “la glorieta de Las Flores, en el sector del nuevo complejo deportivo de Tecnoglass, que en su parte baja también sería parte de Puerto Colombia y tributaría al municipio. Por otro lado, ya estamos hablando de Barranquilla desde la nueva Estación de Cuerpo de Bomberos Javier Solano; desde ahí y pasando el puente peatonal, todas esas empresas nuevas de la 98 tributan a Barranquilla”.

En síntesis, con los límites que plantea Puerto Colombia al Igac, no solo quedaría la zona del Corredor Universitario en su control, sino que también la ciudad de Barranquilla perdería como extensión territorial los sectores del Ecoparque Mallorquín, las playas de Puerto Mocho y una parte de Tecnoglass.

Cabe resaltar que las mediciones de estas líneas divisorias se hicieron a través de un sistema de posicionamiento satelital de alta precisión, que usa correcciones en tiempo real transmitidas desde una estación base hacia un receptor móvil (rover), lo que permite obtener coordenadas con precisiones de centímetros.

EL HERALDOLínea divisoria que presenta Puerto al Igac.

¿Qué es de B/quilla?

A pesar de que los límites históricos y geográficos que plantea Puerto Colombia en medio del proceso de deslinde abarcan una parte del barrio Las Flores y la urbanización La Playa, la ciudad de Barranquilla seguiría con control de estos sectores amparado en el acto legislativo 01 de 1993 del Congreso de la República.

El texto, conocido por elevar la ciudad a Distrito Especial, Industrial y Portuario, es claro en que la capital del Atlántico abarca una comprensión territorial del barrio Las Flores, el corregimiento de La Playa del municipio de Puerto Colombia y el tajamar occidental de Bocas de Ceniza en el río Magdalena, sector Ciénaga de Mallorquín, en el Departamento del Atlántico.

Con respecto a lo anterior, esta casa periodística también pudo conocer que durante la construcción de las líneas divisorias de ambas entidades territoriales se hizo una observación a la cartografía histórica del Agustín Codazzi, donde se señala que la Ciénaga de Mallorquín quedaba en el tajamar occidental, el cual fue cedido a Barranquilla.

En ese sentido, el planteamiento es que aquella ciénaga era una conformación de varias islas que fueron desapareciendo poco a poco. Es decir, que la extensión de tierra que sería cedida a Barranquilla dejó de existir.

No obstante, prevaleció una extensión de tierra y humedal que es la hoy llamada Ciénaga de Mallorquín.

Adicionalmente, en los documentos del Igac para este proceso reposa un expediente de la ordenanza 030 de 1913, un acto administrativo que delimitó los municipios del Atlántic0, incluyendo a Barranquilla, mediante el cual la ciudad tuvo varias agregaciones como Juan Mina, Camacho, Campo Alegre, La Mojana y Genovés, entre otros lotes de tierra.

Por otro lado, el Distrito de Barranquilla argumentó ante el Igac en su momento que los límites entre ambos territorios son claros y que no han cambiado desde el año 2009, cuando se fijó una línea divisoria técnica entre ambas entidades territoriales.

Lo anterior basado en que no se ha presentado ninguna ecuación de carácter geológico que haya transformado la zona. Tal es así que Barranquilla fue enfática en que los elementos de índole geotécnico y toponímicos son suficientes para establecer los límites actuales.

¿Qué viene ahora?

El Igac tendrá que elaborar en los próximos meses un informe final sobre su propuesta limítrofe al Congreso de la República, que tendrá la última palabra con respecto a este proceso de deslinde.

Según la información conocida por EL HERALDO, el Instituto Agustín Codazzi tiene programado entregar su propuesta antes del tiempo promedio el próximo 20 de noviembre.

Durante este período de tiempo, el Igac todavía admitirá material o insumos al proceso que ayuden a determinar los límites territoriales.

Se prevé que la entidad tenga en cuenta información recopilada en los recorridos por la zona del Corredor Universitario, los relatos históricos, la base de datos cartográfica del territorio y las propuestas de las entidades territoriales.

Es de anotar que en este proceso están en disputa más de 1.400 hectáreas del Corredor Universitario, en las cuales se ubican varios colegios, universidades, locales comerciales, clubes sociales y villas campestres.

JOSEFINA VILLARREALUno de los puntos de división en el Arroyo León.

“Debe haber una consulta con los habitantes del Corredor Universitario”

Alberto Mario Forero, líder empresarial y residente en la zona de Villa Campestre, manifestó que: “A falta de participación ciudadana en el proceso de deslinde debe realizarse una consulta como lo mandan las sentencias, enfocada en la preferencia administrativa de propietarios, poseedores, etc., de los inmuebles urbanos y rurales dentro de la zona denominada ‘Corredor Universitario’”.

Puso de presente también que: “Los resultados de esta consulta tienen que recopilarse en una propuesta de límites con protección de los derechos de cada ciudadano”.

Por su parte, Milder Cotes, concejal de Puerto Colombia, expuso que hay algunos ciudadanos que quieren pertenecer a Barranquilla y no a Puerto Colombia.

“En la zona de la ‘Vieja’ Villa Campestre, en la cercanía a Barranquilla, hay muchos que ya no quieren pertenecer a Puerto, pero lo justo sería tener una opinión de la mayoría porque cada vez hay más desarrollos urbanísticos y tiene que quedar claro a dónde tributa cada uno”.