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Unos líderes comunitarios de Ciénaga (Magdalena) me consultaron sobre los requisitos para la creación de un nuevo municipio (Municipio de la Sierra Nevada), derivado del actual.

Al respecto, la norma que regula este tema es el artículo 11 de la Ley 1551 de 2012, que modificó la Ley 617 de 2.000 y la 136 de 1994. En efecto, señala:

1. El nuevo municipio debe tener un mínimo de 25.000 habitantes. 2. El nuevo ente territorial debe contar con unos ingresos corrientes de libre destinación superiores a 12.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes, durante un período no inferior a 4 años, y 3. Su creación es de iniciativa del Gobernador, de la Asamblea Departamental o popular. Ahora bien, cuando se realice por consulta popular, la Ordenanza que lo autorice debe ser sometida a un referendo que se llevará a cabo seis meses después de su sanción.

Sin embargo, todo este trámite debe estar precedido por un estudio que adelanta la oficina de Planeación Departamental sobre su conveniencia económica y social del proyecto, asunto que no es fácil pues no se pueden inventar datos que no coincidan con la realidad.

Despedazar el municipio de Ciénaga en un tercero es un acto politiquero y perverso de traición a la patria, seguramente de un grupo de avivatos que aprovechan las necesidades de una comunidad abandonada, para pintarles pajaritos preñados, pues el nacimiento de otro municipio significa multiplicar la pobreza, mientras que a unos pocos les permite rumiarse el pequeño presupuesto del niño que acaba de nacer, sin dejar huellas. Colombia tiene 1.122 municipios, la mitad de ellos pobres que viven sólo de las transferencias que gira la Nación, sin ingresos propios.

Me han informado que detrás de este proyecto hay algo extraño y tenebroso como diría el escritor Balzac. Se trata de un grupo político que quiere quedarse con el agua del río Toribio y el río Córdoba, éste último en manos de los depredadores de la minería ilegal y de las concesiones bondadosas que las autoridades ambientales regionales han otorgado a las empresas carboníferas que desde hace 20 años vienen contaminando el Mar Caribe.

Señor alcalde de Ciénaga. El abandono de la Sierra Nevada es una realidad que no se puede ocultar. Son campesinos productores del mejor café del mundo y otras riquezas agropecuarias de alta calidad. Todo hecho con las uñas, ante el desprecio de una clase política que los mira sólo en la época electoral, y que suben a esos pueblos disfrazados de misioneros castos llenos de una ternura angelical.

@FcuelloDuarte