La invasión a Venezuela está caliente y aunque todavía no tiene nombre, ya algunos periodistas la llaman “Chiflando iguanas”, por la soledad del poder del gobierno parecida a la historia escrita en la novela ‘El otoño del patriarca’ de García Márquez, donde después de tenerlo todo en abundancia, hoy sólo Maduro tiene un gallinazo en el hombro izquierdo haciéndole señas al socio del hombro derecho (Diosdado), esperando el momento para devorar su presa.
Vale anotar que durante el sepelio de Miguel Uribe, su padre le giró un cheque en blanco al expresidente Álvaro Uribe para recoger sus banderas y liderazgo en las elecciones de 2026.
Si bien la justicia es ciega y sin sesgos de favoritismos como lo enseña la diosa griega Temis, después del fallo de segunda instancia surge todos los recursos jurídicos de la parte vencida para dilatar el proceso lo cual se traduce en la depredación del presupuesto público de la entidad territorial.
Conociendo la cultura política de nuestro país, la sentencia contra el expresidente Álvaro Uribe, antes de perjudicarlo políticamente, fortalece a su partido político, pues este personaje infatigable tiene una resiliencia como si fuese un monje hindú.
La paz se logra aplicando los principios de legalidad y de autoridad de la Constitución Política. No se necesitan nuevas normas. Se requiere voluntad política y pantalones para aplicar dichas medidas con el respaldo de una fuerza pública fuerte, equipada y motivada.
Para el caso sub examine, el columnista ha basado sus escritos en los estudios provenientes de los POMCA 2007 y 2017 del PBTO del municipio de Puerto Colombia y de los Planes parciales de la Ley 388 de 1997.
En Colombia el Vicepresidente no tiene función definida, pero hay que ponerlo a hacer algo importante, que no se sienta despreciado, pero tampoco tareas de gran calibre que pueda opacar al primer mandatario.
La salud está en cuidados intensivos y exige un tratamiento urgente de un Ministro experto en gerencia del tema, libre de cualquier enfermedad mental y desprovisto de un odio irracional capaz de producir un genocidio por descuido como lo describiría la pluma de García Márquez.
Un Ministro de Trabajo no puede ponerse la camiseta de los trabajadores pero tampoco el del sector empresarial. Debe ser una persona conciliadora entre esos sectores productivos del país, pues si bien los trabajadores con su sudor mueven la economía, los empresarios aportan los recursos económicos para dinamizar el aparato productivo.
Este Ministerio de Defensa está mal financiado, pues mientras la delincuencia se fortalece con recursos económicos del narcotráfico y tecnología militar de última generación, nuestros héroes al servicio de la patria no cuentan con el apoyo presupuestal del gobierno.