Faltaba algo que le bañara de elegancia: la etiqueta de la UNESCO que lo reconoció oficialmente como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en una votación propuesta por 5 países. Lo señalan como símbolo de identidad y de desarrollo sostenible de las comunidades del Caribe.
Según la postulación, las personas que participan en la escena son actores espontáneos llamados de forma satírica “Diosas” y “Diosos”.
Hala Taweel, representante de Palestina ante la Unesco, hizo la denuncia.
La adaptación desde ya se consolida como una de las producciones audiovisuales más ambiciosas de la historia de América Latina.
La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, pidió desarrollar un turismo sostenible que permita a las ciudades y a los sitios mejorar el flujo de visitantes.