Los hechos ocurrieron en la vía Cota-Suba, en Bogotá.
Los investigadores identificaron pagos de tarjeta y un largo historial de mensajes de Whatsapp con el monaguillo, en una dinámica de “abuso reiterado” que se prolongó por cuatro años.
El religioso ejercía como párroco en San José de Buenavista y era delegado de la comisión diocesana de reconciliación y paz.
El clérigo se negó a darle la hostia argumentando que la mujer no se había confesado.
El hecho se registró en Cartagena, Bolívar. La Fiscalía le imputó los delitos de hurto calificado agravado y porte ilegal de armas de fuego.