
“Después de septiembre no podremos aguantar más”: Zoo de Barranquilla
El cierre prolongado de las instalaciones podría poner en riesgo el bienestar de más de 800 animales que habitan este espacio de conservación.
Con las taquillas vacías y sin visitantes, los senderos del Zoológico de Barranquilla permanecen más tranquilos que nunca. El rugido de los leones, el garrir de las guacamayas o el chillido de los monos interrumpen el silencio en este parque dedicado a la conservación de especies.
Antes de la pandemia la quietud solo llegaba al caer la noche, cuando las risas de los pequeños huéspedes se alejaban al abandonar el recinto con la promesa de un hasta pronto. Hoy, después de cuatro meses con las puertas cerradas, la incertidumbre de los miembros de la institución por no saber cuándo podrán volver a operar, reina en sus mentes. El bienestar de los más de 800 animales que habitan en ese recinto está en riesgo.
Farah Ajami, directora de la Fundación Botánica y Zoológica de Barranquilla, explica que la operación del Zoológico cuesta entre 400 y 450 millones de pesos mensuales mientras esté abierto. Y a pesar de que en este momento no tienen los mismos gastos asociados al funcionamiento normal, el coste sigue siendo muy alto “porque el trabajo de cuidadores, veterinarios y funcionarios no se detiene”.
“El cuidado de estos animales no para. Es una responsabilidad indelegable. El año pasado tuvimos un buen desempeño y nos quedaron recursos con los que empezamos a prepararnos. Redujimos costos no esenciales, hicimos una campaña para recolectar fondos y tuvimos un acercamiento con el sector público porque el Zoológico cuida animales que son propiedad de la Nación, y el Zoológico de Barranquilla es de propiedad de la Alcaldía, pero desafortunadamente no hemos recibido apoyo del sector público hasta la fecha”, manifiesta.
Ajami señala que aunque los costos del funcionamiento lograron reducirse a 200 millones de pesos mensuales, la situación continúa siendo crítica.
“Después de septiembre ya no podremos aguantar más, hemos aguantado demasiado, incluso más que establecimientos con fines comerciales sin haber recibido un peso del sector público, solo de nuestros recursos, de nuestra autogestión y de préstamos, pero después de 6 meses no vamos a poder seguir garantizando la continuidad de los más de 50 colaboradores y algo que nos preocupa muchísimo: el bienestar de estos 800 animales. La alimentación, la salud y los otros cuidados de ellos son el gasto más importante de nuestra operación. Hemos logrado mantenernos a flote todo este tiempo, pero una vez cumplidos los seis meses va a ser muy difícil”, advierte.

Sostenimiento
Ajami dice que las donaciones del sector privado han sido indispensables para el sostenimiento del Zoológico en estos tiempos de pandemia.
“A través del programa Adopte —que tiene 20 años vigente—nuestros adoptantes nos han ayudado mucho a la protección de los animales. Hemos recibido donaciones en especie de alimentos e hicimos un crédito con la Fundación Santo Domingo de esta línea Bancoldex, de la que ya estamos pagando intereses y vamos a empezar a pagar capital. Nos apretamos el cinturón y pasamos de 450 a 200 millones de pesos que es lo que necesitamos para sobrevivir. Redujimos salarios, tomamos una serie de medidas y hemos logrado mantenernos hasta la fecha, pero no por mucho tiempo porque si seguimos cerrados va a ser muy difícil”.
Protocolos
El Zoológico de Barranquilla —como la mayoría de las organizaciones que desean superar la crisis— empezó a trabajar en protocolos de bioseguridad para el momento de la reapertura.
Las medidas, que van desde la desinfección hasta el control del aforo, hacen parte de pruebas piloto que se han ido implementando para adaptarse a una nueva normalidad.
“Hicimos un comité de reapertura y empezamos a trabajar en todas estas medidas y protocolos de bioseguridad teniendo en cuenta las tomadas en museos y zoológicos del mundo. Revisamos conceptual y metodológicamente nuestra experiencia para ver qué podíamos adaptar a la virtualidad y así hemos realizado recorridos guiados virtuales para empresas, cumpleaños de niños y experiencias educativas para los colegios”.
La entidad se prepara para lanzar una plataforma que funcionará a través de una suscripción mensual con actividades de entretenimiento para niños entre 6 a 12 años. El piloto de este programa tiene más de 150 niños y cuenta con una actividad diaria para realizar en casa. En este espacio estarán colgándose contenidos académicos y didácticos así como otros productos y servicios que ofrece el Zoológico a los que tendrán acceso tanto niños como padres.
“Pensamos abrir con todas las recomendaciones vigentes para lugares que reciben alta concentración de personas. Tenemos una ventaja y es que estamos al aire libre. Trabajamos en medidas sobre el distanciamiento que deben tener los visitantes y el entrenamiento de los colaboradores para la atención. Hemos realizado simulacros para ver cómo funcionarían en tiempo real. Pensamos implementar dos turnos: uno en la mañana y uno en la noche con un aforo limitado para que las personas puedan caminar libremente y con el debido distanciamiento”.
Para Ajami aún no está claro del todo cómo sería la movilización de las personas por las restricciones del ‘pico y cédula’ y de las salidas de los niños y de los adultos mayores, ambos públicos muy cercanos al Zoológico. Tampoco tienen definido si funcionarían todos los días o solo los fines de semana por lo cual están a la espera de lineamientos.
“Vamos a instaurar comida para llevar para que la gente no se siente y evitar riesgos. En la entrada se hará control de temperatura, se tomarán los datos de las personas que ingresan, habrá disponibles espacios para la limpieza y desinfección de colaboradores y visitantes. Estamos tratando de activar opciones para que la gente compre su boletería en línea o habilitando puntos de pago como Efecty para las personas que no cuentan con tarjetas porque nuestro público es diverso”.
Las actividades de contacto como el Museo Vivo quedarían canceladas con la finalidad de evitar aglomeraciones.

Animales protegidos por el Estado
Muchos de los animales que habitan en el Zoológico de Barranquilla han sido rescatados de la tenencia como mascotas o de hábitats destruidos por la explotación humana. Algunos de los animales que viven en cautiverio difícilmente podrán sobrevivir en su entorno natural por no contar con condiciones básicas para la supervivencia, en esos casos un zoológico puede proveer cuidado veterinario, una alimentación adecuada y la socialización con otros individuos de su misma o de otras especies.
El Zoológico de Barranquilla se inauguró en 1953 y desde ese año se ha dedicado al cuidado de animales que “le pertenecen al Estado colombiano”.
La institución pide al Ministerio de Medio Ambiente, autoridades ambientales y a los entes territoriales proteger a estas 800 especies que por muchos años han sido parte de las familias del departamento, y como el Bioparque Ukumarí, de Pereira; el Zoológico de Cali o el Parque Zoológico Santa Fe, de Medellín, destinen recursos para que Barranquilla mire también hacia la conservación de las especies.