Francisco, el papa de los pobres, ese que no se cansó de dar amor al mundo fue despedido como más lo merecía, con el clamor de más de 4000.000 personas en la plaza de San Pedro, y de muchas más que se apostaron para ver el cortejo fúnebre por las calles de Roma, pero también sirvió de inigualable escenario para el acercamiento de Donald Trump con Europa.
El funeral del pontífice fue una solemne y emotiva ceremonia en la que se recordó el legado de los doce años de pontificado de Francisco, siempre en apoyo a los más desfavorecidos delante de destacados mandatarios mundiales, desde el presidente de EE. UU. al de Ucrania, Volodimir Zelenski; Francia, Emmanuel Macron, o la de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.
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También estaban los jefes de Estado de Argentina, Javier Milei, la canciller colombiana Laura Sarabia y la primera dama Verónica Alcócer, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Daniel Noboa, el dominicano Luis Abinader y la hondureña Xiomara Castro, en representación de Latinoamérica, además de los reyes de España, Felipe VI y Letizia.
Cargado de simbolismos
El funeral, fiel al estilo en vida de Bergoglio, evitó apelativos grandilocuentes. El papa difunto no fue denominado en ningún momento con títulos tradicionales como ‘Sumo Pontífice’, sino que se optó por “papa”, “pastor” o “Episcopus Romae”, solo en las partes litúrgicas en latín de la misa.
En el momento de la oración universal, uno de los idiomas en los que se pronunció fue el chino. Desde noviembre del pasado año el Vaticano incluyó esta lengua en las audiencias generales del papa. Esto a pesar de que la Santa Sede no mantiene relaciones diplomáticas con la comunista Pekín desde 1951. Francisco, como buen jesuita, se interesó siempre por Asia y logró un acuerdo en 2018 con China para consensuar el nombramiento de obispos que sigue vigente.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, destacó en la homilía del funeral la voluntad del argentino de defender la paz con frases como “construir puentes y no muros”.
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Así, en el funeral se destacó la importancia de los migrantes en el pontificado del papa Francisco, con alusiones a la misa que celebró en la frontera entre EE. UU. y México y a su primer viaje oficial, a la isla de Lampedusa.
“Es significativo que el primer viaje del papa Francisco fuera a Lampedusa, isla símbolo del drama de la emigración con miles de personas ahogadas en el mar. En la misma línea fue también el viaje a Lesbos, junto con el Patriarca Ecuménico y el Arzobispo de Atenas, así como la celebración de una misa en la frontera entre México y Estados Unidos, con ocasión de su viaje a México”, destacó el cardenal decano.
El momento del entierro
El entierro del papa Francisco en la basílica de Santa María la Mayor se produjo ante el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrel, y los familiares del pontífice tras el funeral celebrado en la plaza de San Pedro.
El rito de la sepultura del féretro del papa comenzó a la 1 de la tarde, hora local (6:00 a. m. hora colombiana), y concluyó media hora después.
También estuvieron presentes en la ceremonia los cardenales que acompañaron el féretro tras su llegada con un cortejo fúnebre por las calles de Roma hasta la capilla de la basílica de Santa María la Mayor, donde se encuentra el ícono de la Virgen ‘Salus Populi Romani’, de la que Francisco era muy devoto.
La tumba del papa Francisco en la basílica romana de Santa María La Mayor tiene una lápida de mármol de Liguria (norte), la tierra de sus antepasados italianos.
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Está, entre la Capilla Paolina, donde se encuentra el ícono mariano y la de la familia Sforza, es sencilla, en la tierra, con una lápida de mármol blanco con la inscripción ’FRANCISCUS‘, su nombre papal, y una reproducción ampliada de su cruz pectoral en plata. Podrá ser visitada desde este domingo.
Unión política
A pesar de la solemnidad y la emoción del momento, el funeral de Francisco tuvo momentos que llamaron la atención en el ámbito político como la reunión que Trump sostuvo con Zelenski en el Vaticano, poco antes del inicio de la ceremonia.
La foto de ambos dirigentes sentados en una par de sillas ubicadas de forma improvisada entre los mármoles y las columnas vaticanas dio la vuelta al mundo, pues el encuentro llega en medio de intensos contactos de Washington con Kiev y Moscú para buscar una salida negociada a la guerra en Ucrania.
Del positivo encuentro con Zelenski salió un intercambio de palabras de diez minutos que el director de comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, calificó de “constructivo”. Luego, Trump también se reunió con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el primer ministro británico, Keir Starmer. Por lo que se habla de un acercamiento a Europa.
El adiós de los fieles
Apenas había concluido el funeral de Francisco cuando una inmensa pancarta apareció en San Pedro del Vaticano con el texto “Adiós, padre”, unas palabras que recogían con precisión el sentimiento reinante en la plaza: los católicos lloran no solo a un papa, sino a un pastor.
La plaza frente a la basílica de San Pedro y las calles colindantes rebosaron desde la madrugada de fieles que quisieron dar en persona su adiós a un pontífice apreciado por su humanidad.
El silencio hasta que comenzó la ceremonia solo era roto por los himnos que ensayaba el coro, las pruebas en megafonía, y el zumbido de un dron que sobrevolaba el lugar, hasta que tres cuartos de hora antes del inicio de la liturgia una religiosa comenzó a dirigir el rezo del Rosario.
En algunos rostros no era difícil percibir los estragos de muy pocas horas de sueño, especialmente entre quienes pasaron la noche junto a la plaza o se levantaron muy temprano (o no durmieron) para conseguir un lugar privilegiado.