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Mucho tilín tilín... Y nada de goles. Junior mejoró un poco su accionar, le puso voluntad, le volvió a agregar agresividad, pero se mantiene estéril en ataque y empató.

0-0 ante un Atlético Nacional conformista que se enfocó única y exclusivamente en lograr la igualdad, sin arriesgar mucho ofensivamente.

Junior salió con una actitud más ambiciosa que en los últimos partidos. De inmediato escrituró el balón a su nombre, presionó al cuadro paisa e impuso las condiciones. 

Hubo una leve mejoría general. El equipo comenzó a tocar de forma progresiva y recuperaba la pelota rápidamente y en campo contrario. La agresividad que tanto se extrañó en la Copa Libertadores reapareció en el primer tiempo del juego ante los verdes.

Sin embargo, todo ese despliegue positivo carecía de pegada, de precisión y finura en el tramo final de la jugada. Teófilo Gutiérrez fallaba constantemente en los desmarques, en los pases, en las decisiones que tomaba en el frente de ataque y se dificultaba redondear las buenos acercamientos e insinuaciones que se daban. 'Teo' no tenía la fuerza, la potencia y la claridad para superar a los defensores adversarios.

Marlon Piedrahíta, Sebastián Hernández y Fabián Sambueza armaron sociedad por el costado derecho y tejíeron varios de los acercamientos sin el destino esperado. Por izquierda también había intentos, pero con mucho menos éxito.

La voluntad y entrega de Germán Gutiérrez, que significaron el rescate de varios balones que parecían perdidos, no alcanzaban para afinar la dirección de los centros, y Luis Díaz encaró más cuando tenía tres y hasta cuatro marcadores que cuando se vio solo ante Helibelton Palacios.  

Con Teófilo apagado y Díaz un tanto tímido, seguía faltando la chispa para incendiar a Nacional, que se dedicó a defenderse con sus once hombres, cual equipo chico, con varios yerros en la salida y sin hilvanar de forma continúa jugadas grupales.

La lesión de Jefferson Gómez, una más en su infortunada colección desde que llegó a Junior, en nada modificó el comportamiento de Junior que hasta el último segundo de la etapa inicial estuvo buscando la apertura del marcador, aunque terminó generando poquísimas opciones de gol.

En el segundo período, cuando se esperaba mayor determinación y nitidez en la propuesta ofensiva, Junior se volvió más desacertado. Sí, continuaba con el balón en su poder y llevaba la iniciativa, pero no lograba llegar con verdadero peligro al arco de José Cuadrado. Nacional contó con mejores opciones para anotar en la etapa complementaria. De no ser por la seguridad de Viera, que hasta de cabeza despejó el riesgo, el resultado habría sido peor para el local.

Las sustituciones, la entrada de Daniel Moreno por Sambueza y la de Michael Rangel por Sebastián Hernández, aumentaron la confusión y la esterilidad. Moreno tuvo un comienzo alegrón y luego entristeció a la hinchada con constantes pifias cuando trataba de desbordar por los costados. 

Teófilo desapareció por completo, Díaz solo le puso ganas y a Rangel no le llegaba la pelota y se tenía que salir del área, donde se desluce por completo.

Junior ni siquiera pudo aprovechar una serie de descuidos verdes tratando de sacar la bola de la zona posterior. El cuadro rojiblanco permanece invicto, pero de punto en punto no rinde. En la ofensiva hay mucha impotencia. Es un Tiburón estéril.  

MINUTO A MINUTO