No fue una noche normal en el estadio Metropolitano. El ambiente estaba enrarecido y pesimista desde antes del partido que Junior empató 1-1 ante Santa Fe, este domingo, en la octava jornada de la Liga II.
La eliminación en la Copa Libertadores y la patética derrota 1-0 ante Deportivo Pasto, tenía los ánimos de los hinchas por el piso y había más disposición de protestar que de apoyar como de costumbre.
Por eso los miembros de la barra Los Kuervos, que esta vez se ubicaron en toda la tribuna norte baja (norte alta se encontraba suspendida por uso de pólvora en el juego ante Alianza FC), desde el comienzo del juego mostraron pancartas y entonaron cánticos en contra de los integrantes del equipo, en especial Arturo Reyes.
El Frente Rojiblanco, barra que se acomodó en sur alta, también reclamó el mal momento al cuerpo técnico y a los jugadores a través de cánticos.
El timonel de los rojiblancos recibió toda clase de insultos desde las graderías. Pero no solo de las barras, también de fanáticos independientes que se sentaron en la tribuna occidental, la más costosa del estadio.
“Ya se va, ya se va, Reyes ya se va…”, corearon al unísono la mayoría de los presentes en el escenario.
Pero también hubo cánticos contra los que estaban en la cancha. Los barristas exigían testosterona, pundonor y amor a la camiseta a los futbolistas rojiblancos, pero con otras palabras.
Cuando se acabó el primer tiempo y al final del partido, lamentablemente le lanzaron algunos guijarros al DT de Junior. Una situación totalmente reprochable por poner en riesgo la integridad física de una persona.

Cuando se fue al descanso, uno de esos objetos que le tiraron a Reyes, estaba lleno de agua y lo alcanzó a mojar, pero el estratega se retiró callado y cabizbajo. Tras la conclusión del juego, el samario se marchaba de la misma manera, pero como le lanzaron más cosas y una de ellas casi le pega, hizo gestos con la mano diciendo que eso no estaba bien. “¡No! ¡No! ¡No!”, decía con toda la razón.
En todo caso, los aficionados sacaron a flote su molestia e inconformismo con un equipo que se ha venido a menos y que no da muestras de mejoría.




















