Compartir:

Lucas Ariza, además de ostentar el título de administrador de empresas, es papá de dos niños: Juan Lucas, de 9 años, y Mateo, de 6. Define su paternidad como un acto genuino en el que confluyen el entendimiento, la confidencia, la complicidad y el tiempo de calidad, sin dejar de ser exigente y de establecer un orden e infundir valores.

Su búsqueda constante ha estado ligada a tratar de ser un padre presente, que interactúe con sus hijos, a pesar de tener numerosas responsabilidades en su cargo como director ejecutivo de Asoportuaria.

Tener hijos siempre estuvo dentro de sus planes. Junto con su esposa María Victoria Yunis materializó ese anhelo que, sin planificarlo, se dio en el momento indicado.

'Cuando nos enteramos por primera vez que seríamos padres nos pusimos muy felices, conscientes de la responsabilidad grande que asumiríamos (...) Obviamente con la llegada de Juan Lucas todo cambió porque me involucré en lo que más podía en su crianza, pues pienso que no es un tema que deba delegarse. No soy papá en algunos momentos y en otros no'.

Lucas, de 42 años, explica que luego de que su primogénito cumpliera 3 años, nuevamente la cigüeña los visitó. Con el nacimiento de Mateo asegura que su alegría se completó. Hoy día son la luz de sus ojos y su 'llavería total'.

Si hay algo que tiene claro es que los hijos tienen su propia personalidad y al lado de los suyos ha aprendido que aunque como padre los esfuerzos estén orientados a formarlos y moldearlos, cada niño al final toma su rumbo.

'Uno tiene que aprender a conocerlos y a aceptarlos como son porque en muchos aspectos son diferentes a uno y a medida que van creciendo los problemas terminan siendo más difíciles, aun así sé que todo hace parte de la aventura de ser papá. Mi esposa y yo nos hemos enfocado en formarlos para que a futuro sean personas que puedan valerse por sí mismos'.

Establece que lo que Juan Lucas y Mateo le han enseñado es el amor desinteresado.

Lucas asegura que el aislamiento obligatorio por la pandemia fue un tiempo que aprovecharon para estar juntos.

'A mis hijos el encierro no les dio tan duro, sin embargo, de alguna forma se volvieron niños de apartamento, ya que pasaron un tiempo de su vida sin salir a la calle. De hecho, ahora que todo está en reapertura y tomamos la decisión de salir, enseguida me dicen que no, que no se puede, pero es algo que venimos sorteando'.

Juntos comparten el gusto por el fútbol y por las películas. También comparten tiempo interactuando en juegos de mesa y en videojuegos.