La Superintendencia de Sociedades ordenó a la multinacional Mónica Semillas (Tilava S.A.S., Monicol S.A.S. y Agrocaxias S.A.S.) restituir más de 2.076 millones de pesos a Finagro, tras demostrarse que 'estas compañías fueron utilizadas para evadir las restricciones contempladas en las normas que rigen el otorgamiento de incentivos a la capitalización rural'.
La decisión del ente de control se da luego de que Finagro, entidad que administra los fondos, presentara una demanda orientada a establecer si Mónica Colombia S.A.S., Tilava S.A.S., Monicol S.A.S. y Agrocaxias S.A.S., se beneficiaron, en forma indebida, del programa de estímulos económicos.
'Durante el proceso se advirtió que siendo limitados los recursos que se destinan a los ICR, tiene que haber equidad en su distribución y eso explica la existencia de las restricciones legales', advirtió la Supersociedades en un comunicado.
Añadió el organismo en su decisión que solo se puede recibir un incentivo por proyecto y que una persona no puede ser beneficiaria de más de un incentivo dentro de un periodo de 12 meses.
Las anomalías cometidas
El entramado societario de la multinacional, según el ente de control, fue el instrumento que permitió burlar las limitaciones contempladas para el otorgamiento de ICR, pues la interposición les permitió evadir los topes legales. También le censura el organismo a Mónica Semillas la práctica de fraccionar artificialmente un mismo proyecto agrícola para obtener beneficios en mayor proporción a la permitida por la ley. El fallo es de única instancia y por lo tanto no tiene recursos legales adicionales.




















