
Más de un centenar de familias inmigrantes de todo EU exigieron ayer en el Congreso un plan que legalice a los indocumentados para salir del limbo legal y dejar de aplazar sus planes en las que describieron como “vidas diferidas”.
Al concluir una gira por 19 estados y más de 90 ciudades, los inmigrantes compartieron durante una audiencia ante seis legisladores demócratas, testimonios sobre lo que es vivir desde la clandestinidad y con el constante temor a ser deportados.
La mexicana Gina Sánchez dijo que lleva 14 años separada de sus dos hijas y pidió a los congresistas “una reforma que permita reunificar a las familias y una vía hacia la ciudadanía”.
“No he podido verlas crecer ni abrazarlas ni compartir sus alegrías. Tampoco he podido ofrecerles regocijo en sus momentos difíciles”, dijo Sánchez, acompañada de su hijo Bryan como intérprete.
La ausencia de una reforma es sinónimo de una “vida diferida” con “planes y sueños diferidos”, afirmó, por su parte, Ken Thompson, de Seattle, cuyo compañero, Ottis, tiene una visa temporal que caduca en 2014.
También presentaron sus testimonios un veterano de la guerra de Irak de Nevada, y su esposa mexicana, que afronta una posible deportación.
Más adelante, el legislador demócrata de Illinois Luis Gutiérrez dijo a los periodistas que, pese a que aún no existe un proyecto de ley concreto, hay avances y apoyo bipartidista para la reforma.
EFE