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El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró ayer la ayuda de Moscú en las negociaciones con Pyongyang, un día después de la cumbre entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el líder norcoreano, Kim Jong Un, que denunció la 'mala fe' de los estadounidenses. 

'Logramos muchos avances sobre Corea del Norte. Me han gustado las declaraciones del presidente Putin. Quiere que esto dé resultados', declaró Trump a la prensa en los jardines de la Casa Blanca. 

El mandatario estadounidense no habló en ningún momento de las críticas de Kim y prefirió volver a destacar la buena sintonía que mantiene con el líder norcoreano. 

Kim abandonó ayer Vladivostok tras una 'amistosa' primera cumbre con Putin, del que buscaba apoyo en la crisis nuclear.

La visita concluyó sin avances concretos pero permitió a Pyongyang renovar lazos al más alto nivel con su aliado de la Guerra Fría, y a Moscú volver al primer plano en la crisis coreana.

El líder norcoreano 'prometió volver, le gustó la ciudad', dijo a la prensa el gobernador Oleg Kojemiako tras la salida del tren.

Kim pasó el jueves cinco horas con el presidente ruso, en solitario durante dos horas y reunidos luego con delegaciones y durante una cena de gala en la que intercambiaron brindis y regalos.