Más de la mitad de los países de la OCDE prevén retrasar la edad de jubilación para hacer frente al envejecimiento de la población, de forma que en conjunto aumentará en casi dos años entre los que se jubilan ahora y los que comienzan actualmente su vida laboral.
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En su informe bienal sobre las pensiones publicado este jueves, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que la edad normal de jubilación va a subir de 63,9 años para las mujeres y 64,7 para los hombres que se han retirado en 2024 a 65,9 y 66,4 respectivamente para los que han empezado a trabajar ese año.
Las variaciones entre países miembros, no obstante, van a ser significativas, con tres que van a mantener la jubilación en 62 años: Luxemburgo, Eslovenia y Colombia (en este último caso 57 años para las mujeres).
En el otro extremo, Dinamarca, Estonia, Italia, Países Bajos y Suecia están embarcados en reformas que van a elevar la edad de jubilación hasta 70 años o más. En Dinamarca, debería pasar de los 67 años actuales a 74 y en Estonia de 65 a 71.
Entre los que no contemplan un incremento están España (65 años) y los cuatro miembros latinoamericanos de la OCDE: Chile (65), Costa Rica (65), México (65) y Colombia (62 para los hombres, 57 para las mujeres).
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Detrás de este movimiento está el envejecimiento demográfico que afectará a todos los países de la organización en mayor o en menor medida, con mayor presión a la financiación de los sistemas públicos de pensiones.
Globalmente por cada 100 personas que tienen ahora entre 20 y 64 años (en la franja de edad central de la vida laboral), hay 33 con más de 65 años, pero serán 52 en 2050.
El envejecimiento entre 2025 y 2050 medido con el indicador de tasa de dependencia (población mayor de 65 años respecto a la que tiene de 20 a 64 años), va a ser particularmente agudo en Corea del Sur, con un incremento de 48,8 puntos, pero también en España (38,3 puntos), Italia (32,9) y Grecia (27,8).
Sin ser tan marcado, ese también será significativo en Chile (23 puntos) y Costa Rica (23,3 puntos) los dos países latinoamericanos para los que se prevé que sea superior a la media de la OCDE (19,1).
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Un problema añadido para la sostenibilidad del sistema es cuando la tasa de empleo de las personas que se acercan a la edad de jubilación es particularmente baja, algo que ocurre en España y en los cuatro países latinoamericanos de la OCDE.
Mientras de media en la OCDE están trabajando un 65,5 % de las personas de 55 a 64 años, el porcentaje es del 61,2 % en Chile, del 59,5 % en España, del 57,5 % en Colombia, del 56,9 % en México y del 50,3 % en Costa Rica.
A partir de los actuales sistemas de prestaciones y de las reformas previstas, y teniendo en cuenta la evolución demográfica, los autores del estudio calculan que el gasto medio en pensiones públicas en la OCDE (en los 32 países para los que hay datos) pasará del 8,8 % del producto interior bruto (PIB) actualmente al 10 % en 2050.
España, que con el 13,6 % del PIB ahora es el cuarto país que más dedica en pensiones, por detrás de Italia (15,6 %), Francia (14,1 %) y Grecia (13,8 %), se convertirá en el primero a mediados de siglo con el 17,3 %.
En los otros dos países latinoamericanos para los que existe esa estadística se pasará, en el caso de Chile, del 3,4 % del PIB al 4,4 % y en Costa Rica del 6,5 % al 8,3 %.





















