La República Dominicana quedó sorprendida tras la muerte de cuatro niños en hechos distintos durante el fin de semana, pero al parecer a manos de sus propios padres.
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Según confirmó la Policía Nacional el pasado lunes, el caso más impactante, fue el de Pennsylvania Jiménez Valdez, residente de Santo Domingo Este, quien habría suministrado veneno a sus tres hijos de 11, 9 y 7 años, disuelto en jugo.
Posteriormente, la mujer ingirió la misma sustancia y murió en el lugar. Las autoridades encontraron una nota escrita a mano en la que pedía perdón y justificaba su decisión asegurando que no quería que sus hijos crecieran en “un mundo tan cruel”.
“Perdón era mucho para mi sola. Lo siento no podía dejar a mis hijos en este mundo tan cruel. No quiero que aguanten todo lo que tuve que aguantar. Es demasiado y ya no lo resisto”, decía la nota que publicó la agencia de noticias AFP.
Asimismo, horas antes, en un hecho independiente, la policía detuvo a un hombre señalado de asfixiar a su hijo de apenas un año y ocho meses.
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El vocero policial, Diego Pesqueira, informó que se realizan autopsias y análisis toxicológicos para precisar la sustancia utilizada en el primer caso.