Un 5 de marzo de 1933 el Partido Obrero Nacional-Socialista (NSDAP) ganó las elecciones parlamentarias en Alemania, permitiendo que Adolf Hitler llegara al poder, en el marco de una creciente represión a las organizaciones obreras.
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Para este año Hitler asumió como Canciller tras ser nombrado por el presidente Paul von Hindenburg influido por el político conservador Franz von Papen, esto después de 10 años del fallido Putsch de Munich de 1923, un golpe de estado en una cervecería, cuando intentó llegar el poder mediante la fuerza y derrotar al gobierno federal alemán.
A pesar de su nombramiento, su partido continuaba siendo minoría en el gobierno, y solo contaba con tres de once ministerios. El partido nazi necesitaba su legitimidad estatal para consolidar el trabajo interno que venía realizando para atraer a más miembros.
Una de las estrategias del partido nazi para surgir y construir un partido solido fue haciendo propaganda en sectores de clase media, agricultores y pequeños empresarios, con una propuesta antisemita, nacionalismo extremo y xenofóbica.
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A raíz de ello, logró crear su propio brazo paramilitar que alcanzó los 80.000 miembros, en su mayoría jóvenes y ex soldados. Además, su popularidad creció al beneficiarse con la crisis económica que inició a finales de la década de 1920.
De acuerdo con información publicada por ‘Vanguardia’, pese conseguir mayores adeptos, su avance parlamentario fue lento. 'En las elecciones al Reichstag de mayo de 1924, liderados por Gregor Strasser, lograron 32 escaños, con el 6,6% de los votos, en las elecciones anticipadas de diciembre del mismo año vieron reducida su representación a 14 diputados (3% de los votos)'.
Para 1925 a 1929, la República de Weimar mantuvo su estabilidad política y mejora económica, lo que provocó que el partido Nazi, para las elecciones de mayo de 1928, obtuviera cifras peores, ya que consiguió 12 diputados, con el 2,6% de los votos.
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En octubre de 1929 se produjo la caída de la bolsa de Nueva York, deteriorando rápidamente la economía alemana, dejando a tres millones de personas sin empleo. Oportunidad aprovechada por Hitler para aumentar su propaganda de nacionalismo extremo.
Para las elecciones de septiembre de 1930, los nazis obtuvieron 6,4 millones de votos (18,3%), 107 escaños.
La administración de centroderecha del presidente Heinrich Brüning no pudo evitar el la crisis económica, por ello, ante el bloqueo del parlamento por el veto de socialdemócratas y comunistas, Hindelburg empezó a gobernar por decreto.
'En abril de 1932, Hindelburg fue reelegido en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales con el 53% de los votos frente al mismo Hitler, al que votaron 13,4 millones de alemanes - 36,8% de los sufragios-', indica ‘Vanguardia’.
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La crisis económica y política jugaron un papel importante en el auge del partido Nazi, pues le apostaron a la recuperación de la disciplina y orden.
Los nazis ganaron en las elecciones del 31 de julio de 1932, las elecciones al Reichstag, obteniendo 13,7 millones de votos, el 37,4% de los sufragios; 228 diputados.
Para el 1933, con Hitler en la Cancillería, nombrado por presidente Hindenburg, solo le bastó unos meses para establecer una dictadura absoluta. Tras el incendio del Reichstag el 27 de febrero, le permitió presionar a Hindenburg para que convocase el 5 de marzo nuevas elecciones y lograr la mayoría absoluta.
En estas elecciones el partido Nazi logra el 44% de los votos, metiendo 288 escaños, la socialdemocracia con el 18% logra meter 120, y el partido comunista el 12%, con 81 escaños.
El 23 de marzo, con una mayoría lograda a partir de las alianza con el partido católico de Alemania, el Zentrumspartei, y con la mayoría de los dirigentes socialdemócratas, logra la mayoría parlamentaria del 66% para votar la Ley Habilitante, la que otorga poderes de gobierno sin tener que pasar por el parlamento.
